Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Alejandro Talavante hacían el
paseíllo en la segunda y última de la Feria de San Agustín 2015, una única
corrida que había levantado la expectación de los presentes y que esperaba una
gran entrada por parte de la ciudad jiennense. En chiqueros, un encierro de
Zalduendo esperaba a la terna de figuras.
Enrique Ponce templó al primero a la verónica, brindando
al público posteriormente, pero era un animal con poco empuje y transmisión.
Tiró de él por ambas manos Ponce en toreo circular. Naturales bellos dejó
Enrique en una faena larga rematada con una estocada en buen sitio y efectiva,
por lo que paseó una oreja con petición de la segunda no atendida. Al cuarto Ponce le selló una faena en su estilo,
sacándole varias series de muchísima calidad llegando a ligar en redondo con el
izquierdo. Con la poncina puso la plaza en pie, pero el problema llegó con la
espada. Gustó por la suavidad el trasteo, pero cuatro pinchazos previos
impidieron antes de la estocada premio mayor.
Morante saludó una ovación ante el segundo, que
salió muy suelto de inicio, consiguiendo pararlo tan sólo. En la muleta fue un toro
terciado, con poca fuera y poca transmisión con el que poco pudo hacer. Tandas
muy cortas fue las que selló José Antonio sin cuajar nada sin rotundidad. Un
pinchazo hondo y un puntillazo con el arma de Sánchez Araujo para dejar
descabello acabó con el de Zalduendo. El quinto fue un toro con poquísimas opciones, sin que siquiera quisiera verlo de capote. Brindó a Vicente Amigo logrando varias tandas con calidad y estética por ambas manos. Mató de estocada casi entera y descabello para escuchar ovación.
Muy templado Talavante anduvo de capote en el
tercero, con expresión y estética a la verónica extremas para gustarse también
por gaoneras. Con la muleta comenzó muy firme por estatuarios, pero no era el
toro de extrema fuerza, sin ganas de embestir y Alejandro prosiguió pasándoselo
con despaciosidad por ambas manos. Se dejó llevar el extremeño por la suavidad
y el temple, con esa estética de su concepto para epilogar con manoletinas y
una estocada tendida, aviso y descabello tocando pelo. En el último fue silenciado. En los primeros
tercios fue fría la lidia, con su punto manso y flojo. Poco a poco lo fue
haciendo llegando con la mano izquierda momentos buenos al natural. Se quiso ir
en todo momento y finalmente fue sujetándolo para lograr momentos importantes.
Resbaló la espada en el primer intento para dejar una estocada a la segunda.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Linares, Jaén. Segunda de la Feria de San Agustín.
Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Seis toros de Zalduendo.
Enrique Ponce, oreja y vuelta tras aviso.
José Antonio
«Morante de la Puebla”, ovación tras aviso y ovación.
Alejandro
Talavante, oreja tras aviso y silencio.