Beber en la fuente seca es como ver el sol entre paredes
traslúcidas. Beber en la fuente seca es ver cómo la ilusión se tira por un
barranco y la desesperación se te adueña de la casa cual okupa de Podemos
exigiendo tu abolición. Cavar el hoyo en la fuente cuando ya no queda agua
tiene la guasa de agarrarte a la esperanza del que vio un tiempo mejor. Y a la
esperanza se le confía el alma cuando es lo que te queda después de mucho
caminar.
Pero distó mucho la seca Fuente Gallardo de la exuberante y
líquida boyantía de aquel Agitador de Madrid. Andaba Ricardo desde la mañana
con el gesto torcido por lidiar sólo cinco toros, y se la torció Málaga por la
tarde por echar un saldo desigual en hechuras, feo en las formas, bruto en los
ademanes y geniudo en las ideas, que fue en lo que resultó parejo el encierro
de la Fuente. Seca estaba hoy de embestidas entregadas, de empleo en los
riñones y humillación en el morro. Seca de bravura y de espectáculo, pero es
que el remiendo de Victoriano no fue mucho mejor que el resto.
Quiso beber en la fuente Alberto López Simón enseñando la verdad
de esto que llaman toreo desde que pisó la arena. Quiso beber porque tiene sed
de triunfo, porque tiene hambre de gloria y necesidad de sentirse lleno con lo
que ejecuta en el ruedo para alimentar esa verdad. Por eso no hay probatura al
torear de capote; o embistes o me llevas, pero no voy a enmendar. Por eso se clava en la arena para interpretar
estatuarios con la ayuda abriendo bamba junto al estaquillador, dejando que vuele
tersa una muleta sin trampa.
Como no la tuvo la forma de citar de frente, de querer beberse la
fuente sacando medio trapo despacio de detrás de la cadera, echando la panza al
morro y hundiéndose en el albero para que pase la media arrancada, con un giro
de talón para recoger reposición con disparo, con la cabeza fresca para
arrebujar el molinete cuando ya estaba cogido y con las pelotas cuadradas para
dispararle hasta atrás el de pecho rebrincado. Fue de verdad el toreo de
Alberto, que atenazó las gargantas durante tercero y sexto, que cautivó el foco
y el pecho de la media plaza que miraba y que pinchó en el tercero la oreja más
sincera de cuantas van esta feria. Esta seca la fuente, pero no para él solo.
También se la encontró El Fandi ayuna de bondades y entregas, pero
este tiene carrete para torear al cuarto de toro. No era más que un cuarto el
cuarto de Fuente Ymbro, cornalón y montado de hechuras, horrible de fenotipo, anunciando
seca la fuente para quien quisiera beber. Pero había salido al ruedo y es capaz
el granadino, que con dos verónicas sueltas, medio quite por navarras y un
compromiso en banderillas de cierta importancia al parar a un toro con mucho
gas ya tenía al tendido metido en la alforja. El inicio de rodillas en los
medios, arrastrando por el piso la aparente boyantía del mentiroso animal
provocó en seguida el espejismo. Pero fue espejismo, no oasis, porque rápido se
le acabó la entrega al toro, y su actitud defensiva se palió sólo con la
movilidad que supo apretar y soltar un inteligente David para que siguiese
caminando, al menos, el único que no paraba. Y a ese le cortó una oreja. Con la
gota que echó de agua.
A Castella no se la echaron ni el basto y rajado segundo ni el
bruto y geniudo quinto que echó Victoriano al ruedo, toro de mucha apariencia y
poco remate que se convirtió en una avispa para la sed del francés. Y entre uno
que soltaba el tornillo y el otro que pugnaba por meterlo en cintura no hubo
más que pelea y porfía. No fue la tarde de triunfar del galo, que se quedó tan
sediento como el pagano que pasó calor casi tres horas de piedra.
Porque se puede administrar el agua cuanto llega con cuentagotas,
y se le puede meter mano a un pellejo peleón, pero cuando la fuente está seca
no se contenta el que paga ni el que cobra tiene opción.
/Málaga 7ª Abono. 22/08/2015. Corrida de Toros. por Cultoro
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta. Última de Feria. Corrida de toros.
Seis toros de Fuente Ymbro y uno de Victoriano del Río (quinto), exigente y áspero el primero, basto y rajado el castaño segundo, geniudo y mentiroso el manso tercero, de movilidad sin clase ni entrega el bruto cuarto, díscolo y sin entrega el geniudo quinto, bruto, áspero e informal el sexto.
David Fandila «El Fandi” (grana y oro): silencio y oreja.
Sebastián Castella (grana y oro): silencio y silencio.
Alberto López Simón (grana y oro): vuelta y ovación.