Ciudad
Real será la estrella que busca la Fiesta. No lo fue ni tampoco lo es, pero lo
será porque el bueno de Maximino sabe ingeniárselas para, tras un lustro de
búsqueda, haber dado con la clave y, con la bombilla de la inteligencia
alumbrando, ver en el agosto del 2015 el fruto del esfuerzo. Y ese es una plaza
casi a rebosar disfrutando con el toreo reposado de Morante, el poderío de Juli
-bendito tópico el del madriñelo- y la
cuasi perfección madura de un Castella intocable, eso sí, con una corrida
torera. Y salió toreando el corazón de La Mancha porque la plaza por la que un
día apostara don Diodoro Canorea y los dires y diretes empresariales lapidaran
posteriormente al olvido, ha encontrado en Maximino la estrella que, cual Belén
en plena Mancha, señala el camino de la Fiesta del futuro.
Al
jabonero primero lo recibió Morante con gusto a la verónica para posteriormente
cuidarlo en el jaco. Muleta en mano, el de La Puebla del Río se estiró en un
inicio por bajo para sonsacar tres tandas de derechazos de regusto y estética.
Fue entendiendo al de Torrealta para gustarse con él por naturales en bellos
momentos. Lo mató de estoconazo tras recriminar la actitud de un aficionado y
cortó una oreja entre protestas. Media docena de toreras verónicas dejó al
cuarto Morante, sellando con la media un recibo de regusto. Dos largas puyas se
llevó el de Torrealta antes de un quite por toreras verónicas del de La Puebla.
José Antonio brindó al público una faena que inició en las mismas tablas para
ir llenando de rotundidad torera una faena repleta de Temple a diestras.
También al natural tuvo gusto Morante para llevar embebido y humillado al de
Torrealta. El estoconazo hizo que paseara la oreja.
Se
revolvía de salida el segundo de Torrealta, pero le cogió pronto Julián la
media altura al astado a la verónica. Un buen puyazo se llevó el astado para ir
confeccionando un trasteo en el que se impuso a la condición de un oponente
para entender. Lo llevó largo en las dos primeras tandas a diestras para
someterlo al máximo por ese lado e ir llevando a más el trasteo. Se la jugó al
natural y en cercanías para, tras estocada, pasear el doble trofeo. Más feo de
hechuras era el quinto, al que ‘El Juli’ dejó varios lances de inicio para
cuidarlo en el caballo de Diego Ortíz poco después. Tenía el de Torrealta un
tranco pronto pero soso y Desclasado, andarín, a pesar de lo cual López sonsacó
momentos buenos a diestras. Falló a espadas. Ovación.
Erguido
a la verónica recibió Castella al también jabonero tercero, que se empleó de
capa para quitar por ajustadas chicuelinas al astado tras un puyazo aplaudido
de Doblado. Genial fue la lidia de Chacón para que Mesa se gustara en los
pares. Con la muleta, el francés aprovechó las tres primeras tandas un
grandioso pitón derecho después de pasárselo por la espalda tras brindar al
respetable manchego. Anduvo perfecto el de Béziers para sonsacar también al
natural tandas de humillado regusto y, más en corto en el epílogo, enloquecer a
Ciudad Real con la castellina. Un estoconazo puso en sus manos las dos orejas
con fuerte petición de rabo. Arreones de manso daba un sexto al que Castella
intentó sacar la sal que no tenía. Voluntad en cercanías dejó el francés ante
el desaborido astado. Ovación a las ganas.
Y así
quedó en Ciudad Real la estrella nazarena que olvidó Belén y que ahora señala a
la Fiesta que ha encontrado un sistema para quedarse en plena Mancha. Maximino
ha encontrado la fórmula. Enhorabuena. A eso le ayudó el triunfo de Morante,
Juli y Castella. Que dure el lleno y la gratitud manchega por los siglos de los
siglos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Ciudad Real. Primera de la Feria de la Virgen del Prado. Corrida de
toros. Casi lleno.
Seis
toros de Torrealta.
José Antonio «Morante de la Puebla”, Oreja / Oreja.
Julián López «El Juli”, Dos orejas / Ovación.
Sebastián Castella, Dos orejas / Ovación.
FOTO: ERNESTO NARANJO-MANUEL DEL MORAL
VÍDEO: IGNACIO RUBIO