OBITUARIO

Paco Cárdenas: un hombre discreto que se fue en silencio


martes 4 agosto, 2015

El mayoral de Juan Pedro desde 1958 hasta 2009 se fue el pasado 23 de julio sin hacer ruido, tal como manejó los animales de un hierro que disparó bajo su tutela la sangre Domecq

El mayoral de Juan Pedro desde 1958 hasta 2009 se fue el pasado 23 de julio sin hacer ruido, tal como manejó los animales de un hierro que disparó bajo su tutela la sangre Domecq

La historia de un hierro suele recordar a los que decidieron qué vaca dejar y cuál quitar, a los que concedieron entrevistas cuando las cosas iban bien y rumiaron los sinsabores cuando no funcionó una ilusión. La historia de un hierro suele contarse por los titulares que lo tuvieron en sus manos, pero habría que ahondar un poco más en las personas que cuidaron el campo, amamantaron becerros y ahijaron reses, a los que emitieron su opinión de forma discreta y nunca en público, discretos a pesar de su traje corto en las tardes de lidiar.

De la misma forma que ejerció su profesión en Juan Pedro Domecq, desde antes de que pacieran en Lo Álvaro los primeros animales, se fue Paco Cárdenas por el camino de la eternidad sin hacer un ruido. Desde que recibiese el mando de mayoral en 1958 hasta su jubilación en 2009 por sus manos pasaron algunos de los toros que hicieron historia en la fiesta brava española. De su preclaro conocimiento salieron también cientos de sementales que fijaron vacadas hoy señeras en la piel de toro. Todo ese saber campero, esa evolución de la historia del toro, se fue con él el 23 de julio, cuando exhaló su último aliento sin que el sistema que sustentó durante 51 años tuviera una palabra para él.

Francisco Cárdenas Domíguez, Paco para los veedores, picadores, banderilleros y matadores entre los que no tardó en hacerse célebre, descansa desde el 24 de julio en su Arcos de la Frontera natal, donde vio la primera luz el 16 de febrero de 1941. Desde allí se fue a reunirse con Juan Pedro, al que vio morir desde su retiro y al que lloraría en silencio recordando confidencias.

Fue Paco un hombre de campo, pero de campo bravo. Por eso CULTORO y los amigos que disfrutó en vida quieren hoy rendirle un homenaje, ese que le debe la fiesta por haber criado la simiente que la sustenta hoy.