Uceda Leal -en sustitución de El Juli, herido este sábado en Palencia-, Manzanares y Roca Rey trenzaban este domingo el paseíllo con un encierro de Domingo Hernández en la última de la feria de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes.
Uceda pasa el trámite con el deslucido primero, sin entrega ni fondo
El primero de El Vellosino, escurrido de carnes y alto de manos, cantó muy pronto la falta de fuerza en el saludo frustrado de Uceda con el capote. Apenas un picotazo le dejó Mario Herrero para no menoscabar las condiciones del animal. Quiso andar fácil con él Uceda y sin demasiadas exigencias en la muleta, y fue una faena limpia mientras no molestó al de El Vellosino. Cuando lo hizo, porque llegaba el momento, comenzó a protestar el animal y a soltar la cara en el trapo. Se dejó tocar más de la cuenta, además, Ignacio, y anduvo bastante mal con la espada, por lo que escuchó silencio.
Manzanares pincha el triunfo con un Vellosino de escasa presencia
Manzanares también quiso lucir a la verónica con el segundo, vergonzosamente escobillado de pitones, sin perfil y con la presencia menos que justa para una plaza de segunda categoría. Lo midió mucho en varas Óscar Bernal, que apenas le metió las cuerdas para no quebrantarlo. En la muleta quiso mucho el de Vellosino, más que pudo en la mayoría de las ocasiones, porque la faena de Manzanares consistió en apuntalar primero a un animal sin fuelle y en intentar la ligazón después con esa media embestida de media altura y media humillación. Lo consiguió en ocasiones Jose Mari, que solo falló con la tizona, y eso dejó su premio en una ovación.
La superioridad de Roca Rey le vale una oreja con el vareado tercero
A Roca Rey le importó poco que el tercero fuera una raspa igual de alta que un taburete, y se salió pegándole lances hasta pasar el centro del ruedo, rematando allí con una revolera. Con la muleta no hubo color; la superioridad técnica y la confianza del peruano se impusieron de inmediato, ligando las series con las arrancadas de un animal con más ímpetu que clase, con más movilidad que humillación, pero que supo exprimir un Roca Rey de una seguridad pasmosa. Con el pulso justo y el trazo preciso cimentó una faena que rubricó con una estocada efectiva que le valió una oreja.
Un soberbio Uceda Leal cuaja al natural al gran cuarto de Vellosino
Con dos sorpresivas largas cambiadas en el tercio saludó Uceda Leal al cuarto, más alto y más feo que los anteriores, pero repetidor en el capote que manejó el de Usera con tacto y con compás hasta la media. Decisiva fue la brega de Gómez Escorial para hacer que rompiese el toro a base de suavidad y largura. Pero lo caro llegó con la muleta, en una inicio de doblones templados que mantuvieron el celo al aninal, este sí, con más clase. La tuvo para humillar en los derechazos con los que quiso construir Ignacio una faena que se viese rotunda, pero la tuvo, sobre todo, en tres tanda al natural en las que regresó a la arena el recuerdo del mejor Uceda, con el empaque y la torería disparados para acompañar los muletazos con el pecho y rematar con verticalidad y verdad. Soberbio Uceda, que esta vez sí acertó a tirar sin puntilla al buen Vellosino para pasear las dos orejas.
Manzanares arruina con un sablazo el interesante toma y daca con el quinto
Al quinto quiso saludarlo Manzanares a la verónica, pero le faltó fijeza en el percal que manejaba el alicantino y solo pudo dejarle una media de buen aire para quitarse el ansia. Luego no lo puso fácil el animal en banderillas, y las mismas apreturas que pasó Mambrú quiso ponérselas a Manzanares el toro. Hasta tres veces se vino por dentro por el pitón derecho cuando menos se le esperaba, pero eso provocó que el tendido se metiese más en la faena y también que Jose Mari adquiriese compromiso. Que fue máximo durante el trasteo, que alcanzó cotas de mucha altura precisamente por el pitón diestro. Lástima que le cayera baja la estocada, lo que le privó de un triunfo cantado. Ovación.
Roca Rey desoreja al sexto aprovechando su ordenada movilidad
Roca Rey se hartó de torear a la verónica al sexto, al que le fue soplando lances atravesando la plaza hasta la media ralentizada. Sobresaliente estuvo Antonio Chacón en banderillas, justo antes de que Roca Rey brindase al respetable y lo pusiese en pie a base de gobierno y poder. Ligó mucho, consintió mucho y dejó que le llegase mucho el sexto, que tuvo la movilidad y el ritmo para facilitar el toreo. Cuando menguó el viaje, llegó el mando para encadenar dos circulares a uno por hora. Cuando se perfiló para matar ya estaba toda la plaza empujando el pomo de la espada, que entró hasta las cintas. Dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de San Sebastián de los Reyes, Madrid. Última de Feria. Corrida de toros. Casi lleno.
Toros de El Vellosino. protestón sin entrega ni fondo el deslucido primero; de mucha intención y escasa raza el segundo; con clase, entrega y ritmo el gran cuarto, ovacionado en el arrastre; con tanto empuje como temperamento el interesante quinto; de acusada movilidad y obediencia en noble sexto.
Uceda Leal -en sustitución de El Juli, herido este sábado en Palencia-, silencio y dos orejas.
José María Manzanares, ovación y ovación.
Roca Rey, oreja y dos orejas.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
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