Matinal en la localidad francesa de Riscle para asistir a la novillada en la que José Ruiz Muñoz se anunciaba con dos novillos compartiendo cartel con Tibo García y Adrien Salenc, novilleros sin picadores que despacharon un animal cada uno.
A penas un saludo capotero a la verónica pudo dejar Ruiz Muñoz con el primero, un animal que se paró muy pronto y se negó a embestir, llegando a la muleta sin fondo y con pocas opciones para la porfía del chiclanero, que escuchó silencio. Peor estuvo con su segundo, un animal con el que nunca se confió y con el que tiró pronto por la calle de en medio para escuchar una bronca.
Buena fue la impresión que dejó Tibo García, que enseñó las armas de la decisión y la entrega con un novillo de medio gas y con el tendido extrañamente frío. Dejó buenos momentos con la mano derecha y un espadazo, pero tardó en caer el novillo y el premio quedó en ovación con saludos.
Fue el galo Adrien Salenc quien firmó lo más destacado de la mañana con el mejor novillo, que se desplazó por abajo para que le cuajase el francés series ligadas y de mano baja de mucha expresión. Pinchó sin embargo en la suerte suprema y debió conformarse con una vuelta al ruedo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Riscle, Francia, matinal. Dos utreros y dos erales de Lartet.
José Ruiz Muñoz: silencio y bronca.
Tibo García: ovación con saludos.
Adrien Salenc: vuelta al ruedo.