La
Feria de Julio de Valencia, al contrario que en otras ediciones, ha tenido una
mayor afluencia de público en este 2015. Esto es una gran noticia para la
Fiesta y una gran noticia para el sector taurino valenciano, que vuelve a
recuperar una de las Ferias con mayor solera de su temporada y en la que las
figuras siempre han estado presentes.
Hablamos
con el culpable del éxito de Julio, el productor Simón Casas, coordinador de un
serial que ha tenido puntos artísticos de importancia para el aficionado y para
el futuro del toreo levantino. «Estamos contentos porque se va encontrando
el formato de programación idóneo que permite invertir en calidad y variedad en
la programación de Valencia. El público salió todos los días contento de la
plaza, ocurriendo cosas muy importantes».
Triunfó
con fuerza Cristian Climent en la novillada que abrió la Feria, cortando sólo
una oreja que debieron ser dos por negativa presidencial. «Fue una auténtica
satisfacción ver una novillada en la que el presidente se quedó corto«,
señala el productor. «Al día siguiente«, prosigue,
«Talavante no remató con la espada pero tuvo una tarde importantísima,
llena de creatividad; para colmo, la corrida de Cuvillo permitió que salieran
los tres a hombros, algo que no ocurría en Valencia desde hace diecisiete años.
Cerró la Feria una corrida de Miura con un gran Rafaelillo que, de no ser por
la espada, habría cortado cuatro orejas».
La
fórmula fue acertada, intentando condensar festejos y calidad, y eso es algo
que agradece el bolsillo y el tiempo de los abonados al coso de la calle
Xátiva. «Es lo que se busca«, señala Simón, «que
la grandeza de la plaza de Valencia como coso de primera no se pierda nunca y
que siga estando en una de las principales plazas del mundo».
En
relación al quid de un serial que está tocando la ilusión del aficionado, Casas
afirma que «se tiene que trabajar con la realidad sociológica siempre
presente. El modelo anterior era completamente obsoleto, era un modelo que no
contaba con la realidad sociológica del 2015, sino que estaba anclado en una
sociedad de los años 50, donde no había tanta oferta de ocio como hoy día. La
evolución sociológica es el objetivo mayúsculo que deben buscar los empresarios
hoy día para adaptarse por el bien de la Fiesta. Esto es lo que se ha hecho en Zaragoza,
Alicante, Nimes y, ahora, Valencia. Por fin hay una toma de conciencia de que
quedarse anclado en el pasado no favorece a la Fiesta, y el futuro de ésta
depende de la calidad de los festejos».
La
modificación del contrato actual de la plaza por parte de la Diputación de
Valencia -que ahora ha rotado a su Director de Asuntos Taurinos- fue la clave
para que la flexibilidad a la hora de confeccionar carteles fuera el primer
paso para el fruto que se ha recogido esta Feria. «Tenemos mucha fe en el
perfil de programación, porque es el idóneo para potenciar cada año una Feria
como la de Julio. Esta debe seguir siendo una gran Feria, no con muchos
festjos, sino con calidad en éstos. Es mejor una Feria reducida pero con
contenido y categoría que una Feria larga sin sentido. Hemos conseguido, tanto
en unas históricas Fallas como en Julio, los objetivos que nos habíamos
marcado», concluye el productor.