Cartel de gala y doctorado para poner el colofón a la feria de Santiago, con una corrida de toros de excelente hechura de Juan Pedro Domecq para Morante de la Puebla y Alejandro Talavante, padrino y testigo respectivamente de la alternativa de Fernando Rey.
Precioso de hechuras era Escritor, el toro de la ceremonia, un colorao número 131 de 567 kilos y nacido en diciembre de 2010. Humilló con buen tranco en el capote con que lo meció con gusto Fernando Rey, pero se aburrió pronto y se desentendió, abortando el remate. Precisa la vara en lo alto, salió muy parado al percal de Joselito Rus, que lo lidió con tremenda suavidad. Por chicuelinas quitó Rey con solvencia y decisión. Saludó en banderillas Antonio Molina. Tuvo serenidad y aplomo Rey para torear despacio al buen Juan Pedro, enganchar con seguridad y bambolear con cadencia, siempre compuesto, siempre llenando el escenario cuando le dio pausa y tiempos muertos para ayudarlo a recuperar. Gran nivel al natural ofreció el malagueño, que marró con la espada y hasta se llevó una fea voltereta en el segundo intento, tras la que salió de la enfermería para despejar al animal. Ovación.
Al segundo le faltó fijeza en el capote de Morante, que a penas pudo dejarle dos verónicas y media con el animal embistiendo en línea recta. Una vara de Aurelio Cruz bastó para cambiar el tercio. Fue bueno el inicio de doblones de Morante, con torería para manejar la tela y llenar el espacio, pero aún no se había acoplado con él cuando comenzó a congestionadas el animal, encogido y amenazando echarse. No había más arrancadas y optó el sevillano por despenarlo con habilidad y escuchar silencio.
Al tercero, que se desplazó con tranco, le faltó ritmo para tomar el percal de un decidido Talavante, que dejó una chicuelina entre las verónicas y remató con una larga. Muy medido el castigo en varas. Brillante anduvo en la brega Juan José Trujillo. Con la muleta inició con brillantez, el extremeño compuso variado con estatuarios y trincheras, muy molestado por el viento. Solo en una tanda diestra logró Talavante sobreponerse a Eolo y a la descompuesta embestida de pitón cambiado, pero fue muy buena. Lo demás fue trabajar y justificarse ante un toro sin gracia para matarlo con brevedad y escuchar silencio tras aviso.
Morante se quejó con el gesto de lo deslucido y corto del viaje del castaño cuarto, sin ritmo ni humillación para retirarse a la verónica. Empujó con un pitón el animal en el peto y perdió las manos repetidamente sin que lo cambiasen. Aún intentó Morante ponerlo en ritmo para ligar alguna serie, pero la feble condición del animal no permitió más que muletazos inconexos cuando venía con cierta inercia. Lo mató ante las protestas del personal y escuchó silencio.
El hierro de Parladé llevaba el quinto, que le embistió en línea recta y sin mucha entrega al capote de Talavante, decidido y compuesto para dibujar con suavidad ante la arrancada sin empleo. Se partió el toro la punta de un pitón en el burladero antes de empujar con poder en el caballo. Bruto y hasta violento llegó el toro a la muleta, echando la cara arriba y muy suelta del embroque para adelante. Se fue a por la espada el Tala y se lo quitó de en medio ante las protestas. Pitos.
Tres largas cambiadas y un manojo de verónicas rematadas con una revolera bastaron para que se metiese en el bolsillo Reunión a Santander. Lo galleó con garbo por chicuelinas y lo dejó crudo en el caballo para apostar. Por zapopinas quitó el malagueño con ajuste en los embroques y a esas horas Cuatro Caminos ya estaba deseando sacarlo en volandas. Fenomenal fue la lidia de Antonio Molina. Con cambiados en los medios inició el malagueño, que tuvo la virtud de darle inercia a un toro al que le costaba coger viaje, y le perdió pasos en el momento justo para que cogiera ritmo. Eso dio opción a ligar las series con inteligencia, aguantar con valor los parones a más del animal y pegar rodillazos para el tendido cuando se le acabó el fuelle al de Parladé. Anduvo listo, decidido y fresco Rey, que emborronó con los aceros lo ganado con las telas. Aún así cortó una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Feria de Santiago, séptima y última de abono. Casi lleno en los tendidos en la tradicional corrida de la beneficencia.
Toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presencia y de buena hechura y tipo. De buen fondo y clase el buen primero, humillado y sin viaje, congestionado pronto el segundo, descompuesto y de cara suelta el tercero, un inválido el castaño cuarto, bruto y deslucido el quinto, de movilidad sin clase el sexto.
Morante de la Puebla (Verde hoja y oro): Silencio y silencio
Alejandro Talavante (Marino y oro): Silencio y pitos
Fernando Rey (Blanco y oro): Silencio y oreja