Se
presentaba el francés Lilian Ferrani en la plaza de Las Ventas, un novillero con ambiente en el país
vecino tras sus triunfos sobre todo en Arles y que Madrid tenía ganas de ver en
sus novilladas estivales. Por delante de él, hacían el paseo el toledano Luis
Gerpe y el extremeño Tomás Angulo, veteranos en el oficio novilleril ya que
Madrid bien los conoce. En chiqueros esperaban cuatro
novillos de los herederos de José de Aristráin y dos Aguadulce.
El primer novillo salió poniendo bien la cara, pero quedando muy corto y
revolviéndose muy rápido. Gerpe anduvo bien, maduro, capaz y sobre todo por el
derecho lio esperaba con la muleta retrasada. Fue un astado potable a diestras
pero corto a zurdas. Lo mató de estocada y fue silenciado.
Silencio escuchó Tomás Angulo en el segundo. Fue un novillo complicado,
muy suelto de carnes y con mal estilo. Al principio tuvo movilidad, queriendo
llevarlo al jaco por chicuelinas al paso. Lo recibió con un pase de rodillas en
la muleta, pero soltaba la cara y daba derrotes. Se llevó una voltereta sin
consecuencias, pero el animal tenía muy mal estilo. Le dio un espadazo y
descabello.
El tercero tuvo más poder, más ímpetu, y se movió bien en el capote, y en
la muleta levantaba la cabeza con violencia. Le dio una voltereta tremenda,
afortunadamente sin consecuencias aparentes, yendo con más arrojo y voluntad
que firmeza. Le faltó autoridad. Dejó media.
Hubo petición para Gerpe en el tercero. Tuvo mucha capacidad el toledano
ante un novillo con más raza que sus hermanos, pero se quedaba corto y se
frenaba. Comenzó faena por doblones, ganándole siempre la acción, sacándole los
dientes con la mano diestra con temple. Dejó naturales bellísimos, por donde
iba entregado a una faena mandona, mezclando autoridad y gusto. Escuchó un
aviso antes de la fuerte petición. Vuelta al ruedo.
Otro novillo deslucido fue el quinto, calamocheando mucho y que se
frenaba en cuanto tocada la muleta. Anduvo con voluntad y queriendo Angulo,
pero poco había que hacer. También destacó en la variedad capotera, haciendo un
quite por saltilleras. Tuvo mérito al final varios muletazos alargando el viaje
ante un animal rajado.
El cierraplaza fue manso y soso, con una tendencia a quedarse corto.
Lilian Ferrani, que salió de la enfermería, anduvo con precauciones antes de
dejar una estocada que tumbó al astado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Las Ventas. Novillada con picadores. Algo más de un cuarto de
entrada en tarde soleada y muy calurosa.
Cuatro
novillos de los herederos de José de Aristráin y dos Aguadulce,
Luis
Gerpe, silencio y vuelta.
Tomás
Angulo, silencio y silencio.
Lilian
Ferrani, silencio y
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO