Rafaelillo y Antonio Ferrera, mano a mano, hacían el paseíllo en la penúltima de la Feria de Murcia, en la que el hierro de Victorino Martín regresaba a La Condomina este sábado.
Tras el tradicional intercambio de regalos en conmemoración de la «Corrida de la Prensa», salió el primer toro de Victorino Martín, de nombre Pachunqueño. Fue un animal abanto de salida que costó fijarlo en los vuelos del capote de Rafaelillo. Logró sacarlo a los medios con mucho oficio el torero murciano. En el tercio de varas, le costó a Juan José Esquivel hacer que entrara en el peto el de Victorino, llegando a derribar al picador en el primer encuentro . Entró una segunda vez el toro al caballo, dejando un discreto puyazo bien situado. El tercio de banderillas pasó desapercibido, cambiando el presidente el tercio con solo cuatro palos. Brindó Rafaelillo al público e inició el trasteo de muleta en los medios con la mano derecha, al de Victorino que le costaba pasar. A pesar de ello, Rafaelillo insistió en el pitón derecho, tirando de mucho oficio y buena colocación logró dar algunos derechazos que arrancaron la música en La Condomina. Por el lado izquierdo, el animal se quedaba aún más corto, palpándose momentos de verdadero peligro. La suerte suprema fue natural, pinchando en reiteradas ocasiones y sonando el primer aviso. Al final el animal acabó cayendo. Silencio y algunas palmas en el arrastre al Victorino.
Recibió Antonio Ferrera al primero de su lote en el tercio, pegando verónicas con mucho gusto y sacando al animal desde el tercio a los medios. El primer y único encuentro con el caballo fue largo, acabando el toro dormido bajo el peto por momentos. Brindó Ferrera a su buen amigo Rafaelillo. Inició en los medios la faena de muleta, pegando derechazos largos y con mucho mando. Volvió a sonar la música en La Condomina. Con la mano izquierda el toro metía muy bien la cara y transmitía al tendido, siendo muy tobillero y poniendo en aprietos a Ferrera al final de cada muletazo. Volvió a la mano derecha el extremeño, sin duda era su pitón bueno y con el que pudo terminar arriba su faena de muleta. Mató empleando la suerte contraría, dejando una estocada algo tendida y caída. Al animal no rodó hasta el segundo descabello. Petición de oreja a Ferrera denegada por el presidente. El toro fue aplaudido en el arrastre y Ferrera dio una vuelta al ruedo a petición del público.
El tercero de la tarde, de nombre Matero, salió al ruedo sin llegar a los burladeros y emplazandose en los medios en los primeros instantes. Rafaelillo lo recibió con una larga cambiada en el tercio y pegando verónicas con mucho gusto. La pelea en el caballo fue discreta, entrando dos veces en el peto. Inició Rafaelillo doblándose desde el tercio e intentando sacar al toro a los medios. Una vez en la segunda raya, presentó la muleta con la mano izquierda sacando naturales con mucho gusto. El animal pasaba largo, pedía distancia y toreo vertical. Por el pitón derecho no tenía mala condición, pero la faltaba un tranco más y punteaba la muleta restando lucimiento. La suerte fue natural, dejando Rafaelillo una estocada entera y caída. Petición y oreja para Rafaelillo.
El cuarto toro salió muy suelto, buscando la querencia. Costó fijarlo en los capotes. Picó bien José María Díaz, lidiando correctamente a caballo y dejando un buen puyazo en el sitio. Comenzó Antonio Ferrera en los medios la faena de muleta con su mano izquierda intentando sacar buenos naturales. El animal pasaba diciendo poco, cabeceando y sin transmitir del todo. El torero extremeño hizo un esfuerzo por intentar mostrar al animal por el pitón derecho, pero la mayor virtud del «victorino» fue que pasaba sin más. En los últimos compases de la lidia logró sacar gustosos naturales que despertaron las palmas del público. La suerte fue natural, pinchando hondo y finalmente estocada entera. Petición y oreja para Antonio Ferrera.
Salió en quinto lugar Buscanoches, veleto de cuerna y más escurrido de carnes que el resto de sus hermanos. Entró al caballo dos veces, desarrollándose el tercio de varas sin pena ni gloria. Comenzó Rafaelillo pegado a tablas y de rodillas su faena de muleta. Estuvo muy entregado el murciano, poniéndoselo realmente difícil el toro, pues desarrolló sentido desde el principio. El animal se quedaba en las zapatillas del torero carmelitano, viéndose momentos de verdadero peligro. El compromiso de Rafaelillo era firme, consiguiendo sacar faena a un animal orientado y con muchas complicaciones. La suerte suprema fue natural, dejando una media estocada que valió para que el animal rodase al momento. Fuerte petición y oreja para para Rafaelillo. Pitos al toro.
Salió el último de la tarde. Buen saludo capotero de Antonio Ferrera, que empleó verónicas muy vistosas para sacar al toro a los medios. Tras el primer tercio, protestó el público de la capital murciana al ver que finalizaba la tarde sin ver a Ferrera poner banderillas. Antes de iniciar la faena de muleta quiso el extremeño brindar a La Condomina. Inició con la mano derecha enseñándole Ferrera el camino al animal. Posteriormente, quiso enseñarlo por el izquierdo, viéndose naturales muy despacio. Mató de suerte contraria tras pinchar una vez. Petición y oreja para Ferrera tras la insistencia del público. Silenciado el de Victorino.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Condomina, Murcia. Cuarta de Feria. Corrida de toros. Media entrada.
Toros de Victorino Martín.
Rafaelillo, silencio, oreja y oreja.
Antonio Ferrera, vuelta al ruedo, oreja y oreja.
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Informa: Antonio Zamora para El Muletazo y Cultoro