ENTREVISTA

López Simón: “En los toros, igual que en la filosofía Simeone, el esfuerzo no se negocia”


martes 9 junio, 2015

Llega tarde. Lo habitual en un torero, que solo llegan puntuales a la plaza y porque les multan. Le ha entretenido Dana. La mima. Desayuna con ella cada mañana...

Llega tarde. Lo habitual en un torero, que solo llegan puntuales a la plaza y porque les multan. Le ha entretenido Dana. La mima. Desayuna con ella cada mañana...

Llega
tarde. Lo habitual en un torero, que solo llegan puntuales a la plaza y porque
les multan. Le ha entretenido Dana. La mima. Desayuna con ella cada mañana y lo
primero que hacen es dar un paseo juntos antes de enfrentarse al día.

Dana
es su perra. Un cachorrito de la familia de Scottex, solo que ya un poco
crecidita. Le queda bien. Porque Alberto López Simón tiene pinta de buenazo. Y
habla así como suave, con cariño. Un punto dulce.

Quedamos
en Barajas, en su pueblo. Le conocen en la terraza donde desayunamos (él zumo
de naranja, que se cuida y hasta hace curas depurativas para quemar la comida
insana con la que se castiga cuando está solo en casa: «lo más sano y natural
que me preparo es un bocadillo de chorizo”, confiesa). Le saludan y se tiran un
buen rato hablando con él. Y mientras, el móvil sonando… «He tenido que
cambiarlo porque la batería no me duraba ni dos horas. Me he comprado el último
que ha salido, el iPhone 6, porque con el que tenía no podía funcionar ni
mediodía…”. Y no termina la frase porque el teléfono vuelve a sonar.

Torero
de Barajas, ¿siente usted que ha despegado?

Siento que ha habido un cambio de hace
dos meses aquí, pero más en lo cuantitativo, en la estadística y en los
números. Recibo más llamadas y hay algún contrato más, pero en la vida diaria
siento que todo sigue igual: sigo mi misma rutina, los mismos entrenamientos,
salgo con los mismos amigos… Soy consciente de que es un pequeño paso de los
muchos y muchos que quedan para conseguir el objetivo.

¿Tus
amigos son los colegas de siempre?

Aunque ahora mismo no puedo compartir
mucho tiempo con ellos porque la profesión te absorbe casi las 24 horas del
día, tengo mis amigos de mi barrio, del colegio… En la profesión tengo
amistades pero el único de quien soy amigo de verdad es Gonzalo Caballero…
aunque cada vez que nos juntamos hablamos de todo menos de toros.

Siendo
ambos del Atleti, seguro que hablaréis de fútbol…

Sí, y más que de fútbol, del Atleti. Con
mis amigos me gusta desconectar y hablar de las conversaciones normales de
cualquier chaval de mi edad.

Alberto,
¿por qué somos del Atleti?

Pues quizá porque me gusta sufrir y
llevar la contraria a las mayorías. Mi padre me decía que tenía que ser del
Madrid o del Barcelona para llevarme menos disgustos, pero por llevar la
contraria me hice del Atleti. Y lo llevas tan dentro, que no se puede cambiar.

¿Kiko
o Torres?

Uno es un gran referente tanto en el
campo como en la afición y Kiko ha hecho grandiosas cosas en el Atleti. El
doblete me pilló muy pequeño pero todo lo que me han hablado de ello ha sido
mágico. Ahora tiene que ser el momento de Torres para conseguir títulos con el
Atleti, que creo que es la espinita que tiene clavada.

En
el toreo, como en el fútbol, ¿se va partido a partido?

La filosofía Simeone me ha servido mucho.
Tengo la gran suerte de haber podido compartir charlas con Cholo y con el
cuerpo técnico, sobre todo con el profe Ortega, con quien tengo una buena
amistad. Y con Gabi y Tiago, después de la cornada, hablaba y les decía que no
saben realmente lo que aporta la filosofía del Cholo. A mí me sirve muchísimo:
partido a partido significa no mirar más allá, esforzarte aquí y ahora para
conseguir el mañana… eso me ha servido mucho, igual que frases como «El
esfuerzo no se negocia”: cuando sales a la plaza podrás estar mejor o peor pero
tu esfuerzo es innegociable. En chiqueros hay dos toros van a entregarte su
vida y tú tienes que dar la tuya por ellos.

¿Te
han metido muchos goles?

En el mundo del toro cuando quieres ir
por derecho y con esa inocencia inevitable cuando empiezas alguno que otro te
cuelan, pero de todo se aprende. Me dijo una frase el maestro Castella: «En el
toreo hay momentos de aprendizaje y momentos buenos, los malos no existen”… y
yo la aplico. Los momentos de aprendizaje te curten y te enseñan a andar por la
vida.

Tu
estado de WhatsApp reza «En la estación de las dudas”. ¿Qué dudas tienes?

Muchísimas, continuamente. Antes de
Madrid era una duda andante, porque le daba mil vueltas a la cabeza, no tenía
nada más que esas dos tardes… Ahora quizá se hayan despejado algunas dudas pero
quedan muchísimas: el devenir de la temporada, si llamarán de según qué plazas…
Aunque creo que es lo bonito del día a día: si supieras lo que te va a ocurrir
sería un poco aburrido. Ir andando y ver cómo solucionar los problemas sin
saber lo que te va a ocurrir es la esencia de la vida.

[Vuelve
a sonar el teléfono].

Si
los trajes de luces llevasen un número, como en el fútbol, ¿con cuál te
gustaría torear?

Siempre he jugado al fútbol con el 8,
pero en estos últimos años el 14 es un número que tiene mucha simbología para
los atléticos.

¿En
qué parte del campo de juego situarías tu toreo: portero, defensa, centrocampista,
delantero?

Tendría que coger cosas de cada uno. Me
quedaría con la garra y el coraje de Godin, pasando por la raza y el no darse
nunca por vencido de nuestro capitán Gabi, la tranquilidad y el sosiego de mi
amigo Tiago, la pausa y la clase de Arda Turan… Me gustaría que fuese una
mezcla de todo ello.

Pues
a ti se te ve tranquilo como a Tiago.

Me gusta tomarme las cosas con calma,
aunque tengo momentos en que me puedo alterar, pero es difícil. A mi madre le
saco un poco de quicio: constantemente me dice que recoja mi habitación, que si
esto, que si lo otro… y yo la escucho, pero me tomo todo con tranquilidad, y
ella, que tiene bastante genio y nervio, se mosquea conmigo.

[Teléfono
de nuevo] ¿Lo ves? Es una locura.

Se te ve un tipo cariñoso. ¿Se puede
tener este carácter en el toreo sin que te pisen?

Sí, tienes que andar más con pies de
plomo, pero en la vida, te muevas en el ambiente que te muevas, tienes que ser
bueno y mostrarte tal como eres. Lo que siembras lo vas a recoger y con los
aficionados en general me sale de dentro volcarme. Solo he podido ir una tarde
a la plaza, a la Beneficencia, y tardé 20 minutos en hacer un recorrido que
habitualmente hago en 5, porque muchos aficionados me paraban… y es precioso
recibir ese reconocimiento, así que se merecen todo el cariño del mundo. Si he
podido abrir dos veces la Puerta Grande de Madrid es por ellos. Todo artista se
debe a su público y hay que devolverles el cariño que te dan.

¿Qué
capricho te gustaría darte con el primer buen dinero que cobres?

Con lo que gane en Pamplona me gustaría
poder cambiar mi coche, que está el pobre que creo que me habla: «Cámbiame, que
cualquier día te voy a dejar tirado, que tengo mucha tralla encima”. Pero si te
soy sincero, lo que más me gustaría el día de mañana es decirle a mi madre que
deje de trabajar, que ya se ha ganado estar tranquila. Ese sería mi mayor
capricho.

¿El
coche de tus sueños?

Tengo un Audi A4 y me compraría algo que
se acople un poco a mi bolsillo… pero si me pongo a soñar me gustaría un Audi
A7 como el que tiene David Mora… aunque son palabras mayores.

Pues
mira, las chicas de la Selección Española de Fútbol están en el Mundial con un
lema: «Soñar en grande”…

Ya que soñar en gratis, ¿por qué vas a
soñar en pobre? En los sueños hay total libertad y yo lo valoro mucho, sobre
todo ahora que no hacen más que prohibir cosas; lo que tengo claro es que nunca
me podrán prohibir soñar y pensar, así que hay que soñar y pensar en grande por
obligación.