Una estocada
al cuarto valió una oreja para Dávila
Miura ante un encierro interesante de Miura.
El otro sevillano Manuel Escribanopaseó otra tras una actuación entregada desde su portagayola. Por su parte el
vasco Iván Fandiño tuvo el lote más
complicado y menos toreable.
Eduardo Dávila se
reencontró con su afición después de ocho años sin vestirse de torero. Una
vuelta muy pensada y meditada que le salió triunfal. Fueron dos toros muy
distintos, el primero muy duro y el segundo complicado, sin salir nunca del
muletazo. Ante ambos demostró firmeza y nada de dudas. Con leves lluvias
arrancaba la reaparición de Eduardo
Dávila Miura en la plaza de La Maestranza, cerrando Feria el encierro de Zahariche.
No humilló de salida el toro ‘Marchenero’ a Eduardo que no pudo recibirlo con brillantez ni atosigarlo. No
siguió humillando en el peto, a pesar de que lo cuidó Dávila. Brindó el toro al público tras un tercio de banderillas
protagonizado por el buen hacer de Javier
Ambel con dos pares brillantes. Tenía una embestida complicada que durante
todo el trasteo de Eduardo llevó a
cabo el toro, haciendo por él hasta en dos ocasiones sin llegar a revolcarlo.
Hasta en dos ocasiones debió entrar Miuraa matar al toro, pues no caía pronto. Escuchó palmas de Sevilla posteriormente.
El cuarto llevaba por nombre ‘Barbareto’, un cárdeno oscuro que recibió Dávila por verónicas limpias antes de
que entrara por vez primera al caballo y empujara de forma informal. Dávila Miura le hizo frente a base de
tesón y entrega. Mostró un tranco irregular durante toda su lidia, intentando
hacerle frente con momentos de gran peligrosidad durante el trasteo. Por la
mano derecha se apretó los machos el sevillano, para dejar muletazos sentidos y
grandes detalles ante la evidente peligrosidad del animal. También lo intentó
por naturales, pero fue imposible ante uno de Lora del Río que tampoco se entregó por el izquierdo. Al
perfilarse, dejó un estoconazo que le valió la oreja. Toro que se embrocaba con
mejor inicio que final del mutelazo.
El diestro
de Gerena, mantuvo crédito siendo
fiel a su estilo. Tiró de raza y entrega ante sus dos toreables ejemplares. El
segundo aprendió y se puso infame pero antes regaló quince embestidas de buen
son. El quinto fue el mejor de la tarde con una humillación inusual para tan
gran alzada y encaste. A este último, se fue a portagayola Manuel Escribano, un toro de 656 kg. que no se definió de salida. Ya
en pie, Escribano lanceo encajado y con transmisión. Entró al quite Iván Fandiño sin demasiado lucimiento
en sus delantales. Cogió de nuevo los palos Manuel y selló tres pares de importancia, destacando el último al
quiebro al hilo de tablas. Ya en la faena, Escribanoanduvo limpio y fresco de ideas para plantear un trasteo basado en el derecho
ante un toro que se dejó por ese pitón. Fue al natural donde se rompió Manuel en varios muletazos con regusto
sevillano, para sellar un concepto de torero maduro entre las notas de ‘Cielo
Andaluz’ que el Maestro Tejera instrumentaba. La certera estocada puso fin a su
actuación. Arreó el segundo de salida en el recibo capotero de Manuel Escribano. Se arrancó
desde los mismos medios al peto en la segunda vara, en unos momentos de
emoción. Puso todo el empeño en tres pares de banderillas de emoción para dejar
uno final en quiebro en las mismas tablas que levantó la plaza. Se lo cruzó por
la espalda después de brindar al público, apostando por un toro boyante hasta
ese momento. La primera tanda por el pitón derecho tuvo recorrido ante un toro
con motor. Una tanda de derechazos a media altura fue el final de la lidia. La
prontitud tenía como virtud principal, pues escenificó su motor durante toda la
faena. Por el contrario, el toro no permitió estar a gusto a Escribano por su inestabilidad en la
embestida. Entró a matar y dejó un pinchazo hondo en el primer encuentro para escuchar
palmas y ovación el de Lora del Río.
Cerraba
cartel Iván Fandiño que no tuvo
suerte con su lote. Dos ejemplares muy complicados y en Miura. Ante su lote,
Iván estuvo firme y tragando paquete sin exteriorizar las malignas intenciones
del tercero y sexo. Una pena porque la apuesta fuerte y pasó deslucida por el
mal ganado. No le dejó ganar terreno en las verónicas iniciales el tercero a Iván Fandiño. Mostró el toro un gazapeo
inicial que acusó en todo momento durante la lidia. Fue suelto durante los dos
primeros tercios de la lidia, quizá algo que posteriormente también acusaría. A
pesar de la disposición de Fandiño no
logró tomar vuelo la faena, tardando además el toro en caer. Fue silenciado el
vasco. Le buscó las vueltas Fandiño a un deslucido cierraplaza con el que se estiró de salida a
la verónica. Lo lució el vasco en el caballo, dejándolo en dos varas desde
lejos para que el toro se arrancara en una bella estampa. Posteriormente, y
tras brindar al ganadero Carlos Muñoz,
se estrelló con un toro parado, sin posibilidad, y además que prendía sentido
poco a poco. Fue a por la espada, y dejó una estocada tras pinchazo de la que
tardó en caer.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de La Maestranza. Última de la Feria de Abril. Corrida de toros. Casi
lleno.
Seis
toros de Miura,bien presentados y desiguales de juego.
Eduardo Dávila Miura, ovación y oreja.
Manuel Escribano, ovación y oreja.
Iván Fandiño, silencio y silencio.