Decir Curro Javier es decir pureza. Hoy volvió a marcar diferencias, hoy dio otra cátedra de torero macizo.
Fué en el quinto de la tarde donde se jugó la vida sin trampa ni cartón. Primero dejó un par en la misma cara ante un manso y geniudo astado, pero el momento álgido se vivió en su segundo par. El toro arreó para los adentros, momento que aprovechó para ejecutar un par memorable. Se coló entre el toro y las tablas, se asomó al balcón y clavó en todo lo alto. Sonó la musica, Sevilla se entregó, la ovación fue de clamor; par de premio.
Si con los palos anduvo inmenso, con la capa no se quedó atrás, capotazos suaves, templados y a compás, una delicia. Como lo fue el arriesgado par de Luis Blázquez con el toro disparado hacia el embroque.
Otro torero que marcó diferencias fue Curro Robles. Dos pares de torera ejecución fueron más que suficientes argumentos para que Sevilla le obligara a saludar montera en mano.
Candido Cruz anduvo torerísimo toda la tarde; primero con la capa en el toro de la alternativa y más tarde con los palos en el sexto. Más que importante tarde de Candido.
De los toreros de plata, uno que pocas veces falla es ‘Jocho’. Siempre atento a la lidia, en el sitio indicado y eficaz en todo lo que realiza. Su tercio de banderillas al cuarto volvió a demostrar el gran momento por el que atraviesa.
De los hombres de a caballo hay que destacar a José Palomares en el cuarto, montando a ‘Patanegra’; a Jose Antonio Barroso en el quinto, por un impecable tercio de varas a lomos de ‘Romeo’; y a ‘Chicharito’ en el sexto, dos varas toreras en las que destacó su torería a lomos de ‘Marismeño’.
Hoy en Sevilla volvimos a saborear una tarde de torería y pureza, de esas que marcan la diferencia entre lo importante y lo vulgar, tardes de sabor torero, tardes con solera.
FOTOS: Iván López Matito