Como un
reto se había planteado la encerrona de Francisco Javier Sánchez Vara en
Guadalajara para hacerle frente a seis toros portugueses de Palha que finalmente fueron cuatro, remendados con dos de Cantinuevo. Como un reto
se había planteado la afición acercarse hasta la capital alcarreña y así lo
hizo. Y como un reto hacía el paseíllo el gladiador con la esperanza de salir
en volandas gloriosas.
«Lumbrero»
abrió la tarde, un toro de Palha que no rompió de inicio hacia adelante,
pues si tranco reservón obligó a
Francisco Javier a andarle hacia atrás hasta el mismo centro del anillo
alcarreño. Dos puyazos se llevó el astado portugués, costándole entrar al segundo,
en el que marró el picador tras el regate que hizo el de Folque al llegar al
jaco. Muchísimos problemas sacó el toro en el tercio de banderillas a
Sánchez Vara, pues clavó un primer par en el que el toro aceleró motor justo en
el embroque, casi haciendo presa del torero. Prosiguió con sus complicaciones
tras los dos siguientes pares, en los que el toro apretó hacia adentro, para
que dejara un cuarto par Francisco Javier al violín en el que falló. Era
complicado estar delante del toro, peligroso y con sentido a medida y que iba
avanzando el trasteo del alcarreño. Además, y para más inri, el viento hizo de
las suyas, pero logró sobreponerse a la situación el torero en tandas a
diestras que arrancaron olés de verdad en los tendidos. La clave de la faena
estaba en no dejar pensar ni un momento al toro para intentar que entrar a la
bamba que le planteaba Francisco Javier. Fue precisamente el lado derecho el
más potable de «Lumbrero», y en el tercio lo intentó y no tiró
Sánchez Vara ni un momento la toalla.Por la izquierda, que se la planteó en el epílogo muleteril, fue imposible. Con la espada dejó una estocada a la segunda después de un primer pinchazo.
Se dejó
un punto más el segundo toro en el recibo capotero de Sánchez Vara, gustándose
el torero especialmente en el remate de ese recibo. Galleó por chicuelinas para
acercarlos al caballo antes de que cogiera los palos para ejecutar un tercio en
el que también apretó el toro hacia los adentros. Comenzó de rodillas su faena
para intentar paulatinamente poderle a un toro que tampoco era fácil. En el
tercio hilvanó el torero su faena ante un toro que si bien apretó menos que el
anterior, también había que tener un pulso especial para cogerle el ritmo adecuado
que su embestida exigía. Especialmente fueron vibrantes los derechazos finales,
con el torero muy a gusto en los embroques, metiendo riñones y doblando los de
pecho por ambas manos para sonsacar aplausos de verdad en los tendidos
paisanos. Desde lejos se tiró a matar, dejando una estocada tendida que le hizo
tardar en caer. Se sentó toreramente en ese momento el matador en su frente,
cayendo de forma ipsofacta el animal.
Se durmió en el peto el tercero, un toro que
intentó lidiar ya en el recibo capotero Sánchez Vara. Empujó andando al
caballo, y fue en el segundo puyazo en el que el toro rompió. También sacó
motor en unas banderillas en las que el torero debió correrle muchos tras los
hilos en los pares, saltando con boyantía las tablas. El toro pareció venirse
un punto abajo en su embestida, acortándola radicalmente. Sacó su instinto
lidiador Francisco Javier para intentar sacar algo en claro ante un toro
deslucido. Mató bien y paseó otra oreja.
Derribó
al picador de forma dramática en el tercio de varas, estrellándolo contra las
tablas y sembrando momentos de angustia en este tercio. Era un toro altón, con
mucha seriedad en su cara y con un tranco andarín que hacía difícil estar en su
frente. Francisco Javier le plantó cara a base de su clásico repertorio de cara
al tendido, gustándose en desplantes y en muletazos por el pitón derecho. Era
un toro de una seriedad extrema y eso marcó una faena en la que Sánchez Vara lo
intentó por ambos lados sin terminar de cuajarlo por el derecho, el más potable
dentro de la complicidad del astado. Aunque no sacó su punto geniudo, sí que
prendió cierto sentido que complicaba aún más estar en su cara. Saludó
finalmente tras acabar de estocada con su vida.
Tenía
una cara agresiva el quinto de la tarde, que recibió Sánchez Vara con una larga
cambiada al hilo de tablas en la que le echó el capote antes de tiempo, por lo
que pasó un momento delicado el alcarreño. Prosiguió por verónicas limpias y un
remate de cara a la galería antes de que perdiera las manos el toro en la
primera entrada al jaco. En banderillas, apretó el toro hacia las tablas en un
tercio que compartió con el salto de la garroche de su hombre de plata Raúl
Ramírez. Remató el tercio de palitroques con un cuarto al violín. Brindó a un
conocido en el tendido y pronto se puso a torear por el pitón derecho a un toro
andarín, que no se quedó quieto en ningún momento y que, además, tenía su punto
manso. Era reservón y enseguida cogió el ritmo Francisco Javier en tablas,
especialmente a diestras. Finalizó su faena con muletazos por bajo a un toro
que no humilló en todo el trasteo, de ahí el mérito. Dejó una espada arriba, de
la que cayó el toro pronto.
Recibió a portagayola al sexto, el último toro de la encerrona. Se
notaba el desgaste físico en el rostro del torero, pero a pesar de todo
prosiguió con ilusión para, después de la cabiada en la segunda raya del
tercio, dejar un ramillete de verónicas que levantaron los tendidos. Fue, a
partir de ese momento, el punto alto de una actuación marcada por un tercio de
banderillas que de nuevo comaprtió con su subalterno Raúl Ramírez garrocha en
mano. Destacó especialmente un par espectacular, tras el salto, en el que clavó
con el toro inesperado. En la faena de muleta se gustó por ambos lados en un
trasteo a menos por la condición del astado. Lo mejor fue el estoconazo, hasta
la bola, para pasear finalmente dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Guadalajara. Corrida de toros.
Cuatro toros de Palha y dos de Cantinuevo,1º reservón; 2º orientado, 3º noblón a menos, 4º alegre pero desfondado, 5º soso, 6º noblón.
Sánchez Vara, de rosa palo y oro, en solitario,oreja, oreja, oreja, saludos, oreja y dos orejas.