Comenzaba la Feria de Pascua en Arles con un festejo en el que se juntaban tres generaciones de toreros para hacer el paseíllo frente a un encierro de Dos Hermanas. Frascuelo, Curro Díaz y Román Pérez abrían un ciclo que inició su andadura con un emotivo discurso por la libertad de lección y de celebrar en paz las tradiciones.
Tuvo mucha calidad el primero de la tarde, que humilló con transmisión y voluntad en las telas de Frascuelo. También tuvo torería y muchas pinceladas y destellos por parte del madrileño, que anduvo bien al natural y mal con la espada, por lo que todo quedó en silencio. Una vuelta al ruedo dio tras pasaportar al cuarto, un animal que le permitió dejar retazos de su personal sello, siempre con el mentón metido y con el añejo sabor de su tauromaquia.
A penas un par de muletazos logró Curro Díaz con el jabonero que hizo segundo, un toro de hermosa lámina y vacía condición física con el que el torero tuvo que optar por abreviar y escuchar silencio. Al quinto le cuajó una faena de regusto y de buen hacer con la mano izquierda, por donde el animal tuvo más calidad. Se desmayó el jiennense con sentimiento, pero todo se fue con el mal uso del acero, por lo que tuvo que conformarse con el silencio.
Tampoco Román Pérez pudo pasar del silencio en su primera actuación. El francés se topó con la sosería del tercero de Dos Hermanas y no encontró material para el triunfo. Fue el sexto el que más opciones de lucimiento dejó, y lo aprovechó Román Pérez para cortarle una oreja en una faena basada en la sapiencia técnica y el mando en la mano derecha, por donde llegaron los mejores pasajes.
FICHA DEL FESTEJO
Coliseo Romano de Arles. Feria de Pascua. Primera de abono. Un tercio de entrada. Toros de Dos Hermanas, correctos de presencia.
Frascuelo: silencio tras aviso y vuelta al ruedo.
Curro Díaz: silencio y silencio.
Román Pérez: silencio y oreja.