Acaban de celebrarse las tres primeras Ferias
del circuito: Olivenza, Castellón y Valencia. ¿Qué es lo que más te ha llamado
la atención en cuanto a las cuadrillas?
Me han
llamado mucho la atención la gran preparación y profesionalidad de los
compañeros. En el resultado son auténticos profesionales. Diez años antes no había
esa preparación física ni la profesionalidad que hay hoy.
Esta será tu segunda temporada fuera de los
ruedos, ¿ha cambiado mucho el sistema de plata?
No,
siguen siendo los mismos compañeros con los que yo estaba. Prácticamente es lo
mismo.
Siempre has estado a las órdenes de
grandísimos matadores. Te retiraste a las órdenes de Morante de la Puebla, también
estuviste con Talavante y anteriormente estuviste al lado de José Tomás…
evidentemente calidad por todos sitios. ¿Cómo son estos toreros en la plaza?
Cada
uno son diferentes. El que más me ha marcado de como matador, ya que toreé
algunas tardes de novillero y matador es Alejandro Talavante. Pero cada uno de
ellos ha tenido su particularidad. José Tomás, por ejemplo, ese poderío lo
transmitía también en su estar, su capacidad, y le hace falta muy poco para que
tú le puedas ayudar. Prácticamente con José Tomás yo visualizaba, porque era
muy fácil lo que te pedía, cuanto menos tiempo estuvieses con el toro,
muchísimo mejor. Con Morante es todo lo contrario, es un torero más particular,
que necesita más movimiento. Pero torear con Morante es igual de fascinante que
torear con José Tomás o Morante.
¿Qué es lo que más echa de menos?
No te
diría nada en concreto, pero sobre todo las sensaciones de torear en una plaza.
Eso sí que lo echas en falta. Hacer las cosas delante del toro
¿Piensas que la Fiesta goza de una buena
salud o, por contra, piensas que tiene demasiados ataques?
La
Fiesta está como todo, crispado, pero yo no me preocuparía tanto de los antis,
sino que la preocupación viene de dentro. Deberíamos preguntarnos nosotros si
dar el paso a empresarios jóvenes y poner la Fiesta en manos de estos jóvenes.
No me preocupan tanto los antis como nosotros mismos.
Siempre se ha hablado de la época de oro del
toreo, pero en los tiempos actuales vivimos una época en la que, también
contigo, se está dando un tiempo magnífico de cuadrillas, con gran competencia
entre todos.
Sí que
la hay, además en cualquier sitio, con cualquier novillada, con cualquier banderillero
que pueda andar suelto, te anda en un nivel soberbio. Creo que el nivel de las
cuadrillas está en su época dorada.
¿Con qué te sentías más cómodo, con los palos
o con el capote?
Con el
capote, inmensamente. Me he sentido torero, he sido capaz de parar, templar y
mandar. Con eso me quedo.
Tú pasaste por la Escuela de Sevilla…
Sí, de
la cual tengo muy buenos recuerdos del Tito, mucho cariño guardado a Curro Puya
y un tremendo cariño y trato especial a Antonio Chaves López, del cual me
acuerdo a diario de los consejos que me daba.
Ahora diriges un negocio de hostelería en los
aledaños de la plaza de toros, ¿no has dejado del todo esto, no?
Siempre
estoy rodeado de profesionales en activo, de gente del toro, de banderilleros
retirados, de matadores…
FOTO: EL CORREO