El toro bravo es un animal que muchas veces puede resultar imprevisible; pese a ello, en la mayoría de las ocasiones avisa por su expresión corporal de su estado de ánimo. En este caso, el siguiente hecho acaeció en la ganadería gaditana de La Palmosilla con un toro que, tras pasar un par de meses con las vacas, volvía al cercado de sus hermanos de camada.
Pero en esta ocasión el semental de repaso no quería abandonar su piara de hembras, poniendo en serios apuros a vaqueros y mayorales. Una vez que se ha conseguido sacar al toro de su querencia se utilizan los cercados contiguos para llevar al animal hasta el lugar donde debe pasar el resto del año hasta ser lidiado en plena temporada
Pero el toro no quiere ir por donde le llaman, saliéndose del grupo de bueyes que lo amparan y mostrándose desafiante ante todos aquellos que están en el cercado. Avisa que sus intenciones son las de arrancarse en cualquier momento, eso lo denota una posición alta de la cabeza y un comportamiento altivo. Por suerte es arropado nuevamente por los cabestros mostrando ahora mayor nobleza y entrega. Pese a querer volver, es reconducido y llevado hacia la zona de los corrales.
Pero hay un problema: el animal de La Palmosilla no conoce el camino hacia el nuevo cercado, acordándose de ese dónde pasó el invierno. La labor es compleja: el toro está inquieto e irascible, pese a ello entra en su nuevo cercado donde no es bien recibido por algunos de sus hermanos de camada. El toro se aparta, no quiere hermanarse con el resto de la camada y sin previo aviso se arranca hacia el coche donde está el ganadero y los compañeros del programa de Canal Sur Toros para Todos.
Son momentos de tensión, el toro es dueño y señor de la situación, todos corren peligro. El mayoral y el vaquero sostienen al animal, que se arranca a todos y no quiere estar en ese lugar, ya que la querencia la tiene en otra zona. Ante la presencia de extraños, el toro mandó un mensaje: ¡Aquí mando yo!
Un ejemplar de La Palmosilla que tiene una historia muy especial: es hijo de uno de los sementales de la ganadería, y su ganadero decidió apostar por él y meterlo con un lote de vacas una vez retirado el semental titular. Una vez quitado el animal de las vacas y esperados 15 días, entrará en el mismo este ejemplar. Una apuesta arriesgada del ganadero por un toro con unas grandes hechuras y una muy buena reata detrás.
Una línea muy contrastada en la ganadería con varios de sus hermanos en las vacas, algo que no se le escapó a un criador que quiso apostar por un toro que más tarde se lidiaría en una plaza de toros. Pero el animal como contamos antes no va a poner las cosas fáciles, su bravura le hace no querer ir por donde le marcan, un reportaje de los compañeros de Toros para Todos que enseña una vez más los secretos del campo bravo.