Tiene mérito, mucho mérito, que con la que está cayendo legalmente con el toreo en Colombia, la plaza de toros de Manizales se siga fortaleciendo y creciendo en categoría año tras año, gracias al trabajo constante de la empresa.
No bastaba con anunciar la reaparición mundial de torero francés más importante de la historia: Sebastián Castella (aunque es cierto que Sebastián es prácticamente colombiano), para tener en sus carteles un acontecimiento de peso suficiente para llamar la atención de todos los aficionados del mundo, sino que buscaron más. Pues no es menos importante el duelo de titanes que supone el mano a mano entre El Juli y Roca Rey con el que se cierra la feria.
Y es que, aunque el papel aguanta todo y escribir en él los nombres de los mejores toreros parece fácil, lo cierto es que la situación económica actual de Colombia hace que este esfuerzo sea realmente mayúsculo. No hay que ser matemático ni economista para saber que, con un incremento en el cambio del dólar (moneda con la que se negocian los honorarios de los toreros extranjeros en el país) con respecto al peso colombiano de un 25%, en relación con el año inmediatamente anterior, la feria es mucho más cara que la temporada pasada, pues no hay torero que quiera bajar sus honorarios y aunque cobren “lo mismo” que hace un año, para la empresa es, en la práctica, un 25% más costoso.
Por eso, contar con la presencia de El Juli, Roca Rey, Sebastián Castella, además de otros grandes protagonistas de la temporada europea como Tomás Rufo, Emilio de Justo, Antonio Ferrera y un torero consentido por la afición local como Román, habla de que la empresa no se ha guardado nada y pretende llenar la plaza cada día, lo que además vendría genial para demostrarle a los políticos que la tauromaquia está muy viva en Colombia.
Y si faltaba algo, el debut de luces de Marco Pérez en una corrida mixta será sin duda, después de la que armó la pasada feria durante el festival, uno de los sucesos que marquen la LCVIII edición de la ferian manizalita.
Es cierto que la amplia presencia de toreros españoles y franceses (también debutará en Colombia el novillero galo Lalo de María), así como un mano a mano y una corrida en solitario, ha hecho que los cupos para los diestros colombianos se hayan puesto realmente caros y es ahí donde se echan de menos algunos nombres, o un mejor trato para los que están anunciados. Aunque es cierto que se han buscado fórmulas para tratar de incluir al máximo posible y darles el mejor trato posible, como el doblete de Luis Bolívar, ganador de la réplica de la “Catedral de Manizales” como triunfador del pasado ciclo, la presencia del torero local José Arcila, el premiado Ricardo Rivera (triunfador del certamen clasificatorio “Toros y Ciudad”) y el sitio que se ha ganado Juan Sebastián Hernández, uno de los más jóvenes matadores nacionales, que siempre ha cumplido a su cita con los trofeos cuando le han dado sitio en este ciclo.
Los antioqueños Juan de Castilla y Luis Miguel Castrillón han conseguido entrar en un festival extraño, pues esta es la primera vez, desde que este festejo se viene celebrando en la feria, que los toreros cabeza de cartel no entran en el que es, sin duda, la cita más importante del serial, ya que es en él donde la empresa obtiene los beneficios que van a parar a las arcas del Hospital Infantil de la Cruz Roja de la ciudad. Sin embargo, la presencia de Ferrera, Emilio de Justo, Román, Rufo y Marco Pérez garantizan el atractivo de la noche.
Para rematar, el elenco ganadero no puede ser mejor, pues están los hierros más consistentes y regulares del país, como los de Las Ventas del Espíritu Santo, Juan Bernardo Caicedo, Ernesto Gutiérrez y Achury Viejo.
Con estos elementos en juego, Manizales vuelve a perfilarse como una de las ferias más importantes de América. Una en la que, a pesar de las dificultades, se sigue apostando por la calidad y los acontecimientos que la pongan en el centro de los focos de la afición.