Sergio Galán sabe que ha llegado a lo más alto del
rejoneo; también sabe que lo ha hecho por la senda de la verdad, de la máxima
pureza y de la honradez. De la torería materializada en clase. Como su toreo.
Y, a pesar de saber que todo ese compendio lo conocen todos y cada uno de las
cabezas empresariales del orbe taurino, él calla, actúa y, sobre todo, sigue el
camino de la verdad humilde que un día se marcó.
Acaba
de recibir, quizá, el premio más importante del invierno taurino: el del Foro
de la Juventud Taurina al mejor rejoneador del 2014. Pablo y Ventura se lo
batían, pero Sergio Galán se lo ha llevado en silencio. Siendo él. «Sobre
todo sentí sorpresa -afirma el caballero conquense-, porque, como es lógico, no
me lo esperaba. Estoy muy contento, con una gran satisfacción, porque significa
una recompensa a todo el esfuerzo y al trabajo diario. Sólo el hecho de estar
nominado ya por tres años es un dato importante. Han sido tres temporadas en
las que he llamado la atención a la juventud del toreo, y si encima este año
logro conseguir el premio, la alegría es tremenda».
Fue el
31 de mayo cuando de nuevo cruzó el umbral de la gloria en Madrid. Tres orejas
sellaron que Sergio Galán había reventado Las Ventas. «Esa tarde fue
importantísima, porque tenía la oportunidad de volver a Madrid en una situación
en la que me hacía falta; fui muy responsabilizado por el hecho de la ausencia
del año anterior y resultó una tarde soñada, un triunfo rotundo», señala
el de Tarancón. Un mes después, Pamplona le veía la cara. Es la elegida de
Sergio: su templo norteño. «Se lió todo un poco por la lluvia. Fueron
momentos desagradables, porque con el diluvio la gente empezó a irse y
resguardarse del temporal. A pesar de todo, corté una oreja y pude remontar la
tarde, porque pintaba a priori muy gris».
Fue
avanzando la temporada y las noticias acerca del rejoneador no podían ser
mejores: calentaba el verano taurino allá donde pisaba. No era para menos: una
Puerta Grande venteña atestiguó todo su año. Pero, sobre todo en el mes de
septiembre, Galán marcó los corazones de los aficionados por la periodicidad de
sus golpes en plazas de importancia. «En Murcia no había toreado nunca y mira por
dónde triunfé con fuerza, era una plaza que me hacía especial ilusión. Albacete
fue de las tardes y de las faenas importantes de mi carrera; antes, el mano a
mano con Diego Ventura en Cuenca fue muy importante. Las sensaciones de la
temporada han sido muy buenas, he cuajado un gran número de toros y estoy
satisfecho de los logros conseguidos».
Ahora
se ve anunciado en la primera Feria del año con festejo de rejones: Castellón.
Será en un cartel de seis caballeros que comparte con Fermín Bohórquez, Leonardo Hernández, Manuel Manzanares, Luis
Valdenebro y Rui Fernandes ante una corrida de Castillejo de Huebra. Y Valencia…tendrá
que esperar a Julio. «Al final, uno irá recogiendo lo que ha
sembrado. El hecho de estar en una de las Ferias más importantes y a principio
de la temporada ya es un logro. Es un aliciente más para empezar la temporada
con moral. Lógicamente la situación que se vive hace que estés en menos sitios,
pero por mi currículum espero recoger este año el fruto sembrado en 2014. O así
debería ser». En el mes de
abril, luchará contra el cáncer en el tradicional festival de Murcia. «Es
un festejo con una tradición grandísima, con una categoría especial sobre todo
por el motivo que es. Tiene mucha categoría esa tarde, y espero que salgan,
como el año pasado, las cosas bien y bonitas», afirma el
rejoneador.
Sevilla
parece haber cerrado su Feria sin contar con uno de los grandes triunfadores
del pasado año. Le duele a Sergio. Sabe que La Maestranza es un escenario
especial para cualquier torero a caballo y, a pesar de no haber cruzado la del
Príncipe, su nombre merecía estar anunciado en el Baratillo. «Sevilla
es la plaza donde tengo la espinita clavada. Llevo sin ir años, porque
desgraciadamente no he tenido suerte o no me ha embestido un toro. He tenido
pocas opciones siempre que he toreado en La Maestranza».
Hablamos
de presencias y de ausencias, pero la gran verdad es que el empresariado
taurino no acaba de tragar a un rejoneador que se ha alzado a lo más alto del
escalafón a caballo. Así. «No sé lo que hay que hacer para entrar
en las Ferias. Si lo supiera ya lo habría hecho: mi principal arma es intentar,
tarde tras tarde, estar mejor», señala con ilusión Sergio.
A
finales de 2013 anunciaba su apoderamiento junto a Ángel Bernal junior, uno de
los remanentes más importantes de la nueva hornada empresarial taurina. Se
muestra contento al hablar de Ángel.»Estoy encantado con su labor. Es una persona muy trabajadora y,
además, un gran aficionado. Tanto en lo personal como en lo profesional estoy
muy contento con él».
Sobre
el deseo final de este 2015 para su propia carrera, Galán expresa que «espero poder estar en el mayor número
de Ferias posibles y poder torear un gran número de espectáculos. Mi único
ímpetu en el invierno es mejorar mi concepto, profundizar en él y tener los
suficientes escenarios y sitios para desarrollarlo».
ILUSTRACIÓN: JUAN IRANZO