Víctor López Caparrós es uno de esos
corazones valientes dentro del empresariado taurino que ha decidido emprender
una nueva etapa en la plaza madrileña de Vistalegre. Junto a Martín Escudero,
el novillero que sorprendió al sistema el pasado fin de semana en Valdemorillo,
López Caparrós ha decidido aventurarse en una novillada que puede ser el
comienzo de algo grande en la segunda plaza de la capital. Se siente seguro al
hablar. Confía en su torero.
Se te conoce por Soria, pero desde hace dos
temporadas a esta parte has volcado tu ilusión con uno de los novilleros con
mayor personalidad del escalafón: Martín Escudero. ¿Qué cualidades viste en él?
David
tiene una personalidad y una pureza fuera de lo normal. Desarrolla el toreo de
una forma impactante, y quizá son esos dos adjetivos, la personalidad y la
pureza, los que definen su concepto. Llevamos dos temporadas juntos y tiene un
futuro prometedor.
Hemos hablado de personalidad, ¿de eso falta
mucho hoy en día no?
Correcto.
David tiene una vitola escasa y estamos muy faltos de toreros con ese adjetivo.
Echando la vista atrás, conceptos como los de Juan Belmonte o El Viti tuvieron
personalidad, y esas son las líneas de ejecución de Martín Escudero. Además, su
vida está siempre en la búsqueda del romanticismo perdido en el toreo: David ha
recuperado la tertulia que Juan Belmonte tenía en Madrid entre intelectuales de
la Complutense.
Supongo que su preparación invernal estará
siendo clave para esta novillada, ¿cómo y por qué se plantea en el invierno
madrileño?
De las
últimas temporadas, la más intensa está siendo esta. Entrena y trabaja
diariamente muy a conciencia y este invierno está siendo más dura la prueba.
Además, está matando más animales en el campo. Nunca ha perdido la ilusión y
menos ahora.
Junto a él, la alegría novilleril de Toledo:
Álvaro Lorenzo. Es uno de los novilleros con más cartel en el escalafón menor,
además de ser uno de los punteros y mejor preparados para comparecer con fuerza
en Vistalegre antes de ir a Madrid.
Es otra
de las grandes promesas del escalafón novilleril, con unas condiciones innatas
buenísimas. Hemos tenido la oportunidad de medirnos con él en Soria y ver las
condiciones que atesora.
Guadajira fue una de las ganaderías que
despuntaron el pasado año en el verano venteño, ¿fue esa la razón por la que ha
sido la elegida para ser el hierro del mano a mano?
Es una
ganadería que nosotros conocíamos bien y poco a poco hemos tenido la oportunidad
de irla lidiando. Sabíamos de ese gran triunfo en Madrid y, además, David tuvo
la oportunidad de matar una en Casavieja que salió genial. Tenemos una
auténtica esperanza. Además, tres novillos también serán de una ganadería con
garantías como es la de Alcurrucén.
Este puede ser un precedente positivo para
volver a dar toros en la cubierta en invierno, una tradición de la que siempre
se ha sentido orgulloso el aficionado de Madrid, ¿te lo puedes plantear a largo
plazo?
Sería
una gran ilusión poder llevar el Palacio Vistalegre. Por supuesto que me lo he
planteado, pero eso dependerá mucho de la propiedad. En el Palacio Vistalegre
siempre ha habido calidad, siempre ha sido importante su temporada de invierno.
Con este mano a mano lo que estamos intentando es captar la atención del
aficionado de Madrid. Esto puede ser el comienzo para darle a esta plaza la
solera que siempre ha tenido. Me lo planteo de forma seria.
«La Oportunidad» sacó a varias
figuras del toreo, además de calmar en pleno invierno el gusanillo del
aficionado de la capital…
Hay que
mantener las tradiciones. Ese barrio y esa plaza siempre se han caracterizado
por dar cabida a los novilleros en invierno. También en la temporada habría que
darle sitio a los toreros de Madrid, dándole el gusto a la propia afición. Si
sale, habría que dar una corrida nada más que terminara la temporada en Las
Ventas, de cara a finales de octubre, para evitar así perder el hilo de toros
durante todo el invierno.
La plaza de Soria es uno de los remanentes
del verano taurino. No sólo se trata de una de las principales bazas de
Castilla sino de una de las ineludibles citas de la temporada con las figuras
en ella. Este año han sido seis los festejos que se han dado en la capital.
Se
dieron seis festejos: tres corridas y tres novilladas. Siempre mantenemos el
nivel, y es la séptima temporada en la que estamos al frente de ese coso y
estamos satisfechos. El Ayuntamiento está contento, mantenemos una afición muy
interesada, muy motivada, y sentimos el apoyo de todos los sorianos. Trabajamos
con ilusión porque sea una imagen del toreo en Castilla.
Las figuras han sido el centro neurálgico de
la Feria, ¿se nota el tirón de éstas en el abono?
Sí,
siempre nos hemos caracterizado por llevar un cartel fuerte porque en Soria
toda la vida han estado los grandes. Estos carteles siempre atraen más público,
y tanto el Miércoles del Pregón, el Sábado de Agés y el Domingo de Calderas la
plaza registra una buena entrada.
¿Seguirá en marcha la corrida torista para
este 2015?
Esa es
la idea. También tenemos muchas solicitudes para poner un festejo de rejones.
El año que lo incluimos fue un éxito y creemos que apostaremos por poner uno
este año. Nos gusta la variedad en la plaza, porque da a la Feria una
motivación diferente.
En octubre se cierra la temporada con una
novillada con picadores. Martín Escudero y Álvaro Lorenzo dieron un recital de
toreo caro la pasada campaña para cerrar el año…
Ojalá y
todas las plazas de provincia siguieran dando novilladas como antes lo hacía.
Es fundamental para el futuro de la Fiesta. Tienen costes más bajos que las
corridas de toros.
David Mora estaba anunciado el pasado año y,
desgraciadamente, no pudo acudir. ¿Se contará con él para esta edición?
Por
supuesto, porque es un torero que me encanta. Desgraciadamente tuvo esa
cornada, pero desde aquí le mando un mensaje de ánimo, deseando que tenga una
pronta recuperación, que es lo que deseamos todos.
Y respecto a las dos novilladas sin picar,
son un remanente de afición y savia nueva…¿seguirán en pie?
Ahora
más que nunca. Esas son tradicionales, tienen interés y crean una mbiente colosal.
Hacen falta al toreo.