Corrida de interés para el taurino y
entendido de la fiesta. Y también para público ávido de emoción. Ese sería el
marco del festejo de cierre de la Feria de San Sebastián, la cual colocó broche
de oro con el estreno en América de los famosos toros del hierro de Victorino Martin. Toros para toreros
con credenciales los que exigió los astados de la A coronada, de la cual ha
destacado la resolutiva tarjeta de presentación del diestro mexicano Joselito Adame, quien ha cortado dos
orejas –una en cada toro- que a la postre han cerrado artísticamente hablando
el apartado taurino de la gran cita taurina tachirense.
Mañana fría, con lluvia pertinaz la que ha
tenido lugar por los alrededores de Pueblo Nuevo, que tal vez hayan
condicionado la asistencia de público que registro el último capítulo del
serial. Poco más de media plaza, es poco para lo que se esperaba a tenor de los
ingredientes que tenía el cartel como atractivo.
Debutaba en suelo tachirense el hidrocálidoJoselito Adame, espada quien a lo
largo de toda la tarde ha demostrado un gran nivel resolutivo ante las complicaciones
y exigencias del lote que despachó. Al que abrió plaza, a razón de haber
llegado a un acuerdo con sus compañeros de cartel de abrir festejo, le endilgaría
de prologo sabroso toreo de capa, con mecidas verónicas para rematar a una mano
intervención. Vistoso momento en varas de Luis
Quintana, en dos soberbios puyazos en todo lo alto, midiendo el castigo y
sangría, levantó la unánime ovación de los presentes. Luego en la muleta, Adame
cincelaría una actuación de enorme peso, iniciando con los toreros doblones,
cerrado en tablas, en bajos de sol, para luego recrearse en torear por la
diestra en firmes y templadas series, en todo los medios, llevándole empapado
de tela la cara al toro. Superiores los naturales con las que aderezó faena,
tandas largas y mandonas que colocaron en unanimidad rotunda el gran momento de
este torero. El volapié certero, sin puntilla, para la concesión de una
meritísima oreja, de indiscutible peso.
Similares cotas rayo su labor ante el
cuarto, otro toro que exigía lo suyo en las manos de un torero de enorme
poderío, como lo fueron los derechazos y naturales de rotunda ejecución en los
medios del fangoso redondel. El público y taurino entregado totalmente con el
menudo torero azteca, para de nuevo, tras irse como una exhalación con el
acero, y dejar una gran estocada, premiársele con una oreja nuevamente con el
peso que implica una actuación de fundamentos sólidos a tomar en cuenta.
Totalmente desdibujado, inhibido y falto de
ideas al tachirense César Vanegas se
le fue la tarde ante la indiferencia del torero en mención por trascender. Ha
sido una de esas tarde aciagas para cualquier espada, pero para Vanegas, una de las más grises que se
recuerde. Lo realizado ante el que hizo segundo, fue un recital de querer y no
poder, dada la ligereza de pies con la que se dispendió trasteo por ambos
pitones ante un toro de inocultable complicaciones pero solventables si se
contara con ambición y triunfo, elementos últimos que se dejó en el hotel el
robusto torero. La bronca con la que le despidieron tras finiquitar de varios
viajes con el acero, se escuchó hasta su natal Seboruco, como de la misma forma
ocurrió en el quinto, otro toro al que se lo dejo ir sin mucho esfuerzo por
salvar los papeles dejados en el acto anterior. El petardo con los aceros,
nuevamente dio pie a la silbatina y bronca, en esta oportunidad tras dos
avisos.
La cara amarga de la tarde se la llevo el
debutante Alberto Aguilar, el cual
en el que cerró plaza tras intentar meter en la muleta por la mano diestra, un
certero derrote hizo que le propinara fuerte derrote, para posteriormente
aparatosa voltereta, sufriendo lesión a nivel de la clavícula izquierda, para
pasar a la enfermería de la que no saldría, despachando el toro el director de
lidia, César Vanegas.
Frente al que hizo tercero, interesante
labor había planteado el señalado espada, en lidia pulcra y metódica, limando
las asperezas del tobillero «vitorino”, a base de temple y firmeza de pies,
sacando partido de lo que para otros hubiese sido empresa de otras cataduras.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental «César Girón” de
San Cristóbal. Domingo 1º de febrero. Poco más de media plaza. V corrida. Toros
de las ganadería española de Victorino
Martin, en su conjunto bien presentados, de juego variado e interesante,
destacando la raza, las complicaciones propias de su encaste y en especial
exigiendo toreros de gran nivel. Pesos: 538, 510, 490, 445, 505 y 525 kilos.
Joselito
Adame, oreja en ambos toros.
César
Vanegas, bronca y pitos tras dos avisos y silencio
en el que mató por Aguilar. Alberto
Aguilar, silencio en el único que estoqueo.
Incidencias:
El festejo comenzó con un retraso de 45 minutos tras labores de reparación del
ruedo, luego de la pertinaz lluvia durante el curso de la mañana.
*** Adame lidio como primer espada al
anunciarse el día de hoy en la ciudad mexicana de Villa Álvarez, para no perder
conexión de vuelo desde la ciudad de Cúcuta.
***
Aguilar fue trasladado a la enfermería luego de presentar fractura de la clavícula
izquierda durante la lidia del último toro del festejo.