Morante siempre ha sido un torero muy particular, y ya desde sus inicios el de La Puebla del Río tuvo claro qué camino tomar. Alejado de las escuelas taurinas, José Antonio siempre tomó el camino de la independencia, ese en el que estos centros no aparecían por el horizonte, entre otras cosas porque no eran de su gusto. Una carrera que tuvo a Leonardo Muñoz, padre del diestro Emilio Muñoz, como su primer descubridor, con quien llegó al debut con picadores en el municipio de Guillena en 1994 ante astados de Carlos Núñez. Una primera etapa donde se empezaron a atisbar las condiciones de un torero que con los años se convertiría en figura del toreo.
Tras terminar la etapa que le unía a Leonardo Muñoz, fue el malagueño Miguel Flores quien se hizo cargo de su carrera, un taurino con el que cubrió gran parte de su etapa de novillero con caballos y que fuera artífice de la alternativa de José Antonio el 29 de junio de 1997 en la plaza de toros de Burgos. Un camino que recorrieron juntos y que le valió al de La Puebla del Río para estar acartelado en un gran número de ferias de novilladas, gracias al triunfo logrado en Las Ventas -única Puerta Grande- el 23 de abril de 1995, día de su presentación en dicha plaza con tan sólo 15 años de edad.
Esa alternativa que pudo tomar en Sevilla, pero desavenencias con Diodoro Canorea obligaron a Miguel Flores a buscársela en otra plaza, en este caso Burgos, citada anteriormente. Tras cerrar su etapa con Flores, Morante de la Puebla fue apoderado por José Luis Marca y Álvarez Canorea, los cuales animaron al empresario sevillano a prepararle una millonaria exclusiva, algo que no acabó llevándose a cabo. Unos apoderados que tomaron las riendas del sevillano durante las temporadas de 1998 y 1999, dos años claves para el cigarrero donde dejaría su huella en el dorado albero baratillero con faenas para el recuerdo sellada en 1999 con su única Puerta del Príncipe hasta el momento.
Diodoro Canorea moriría a finales del mes de enero de ese año 2000 con la feria prácticamente rematada. Una temporada donde Morante estuvo presente y la que cambió un triunfo de clamor por una gravísima cortada por parte de un ejemplar del hierro de Victoriano del Río. Su amigo Manolo Macías y Manolo Camará fueron sus siguientes apoderados, tras un periodo muy breve de tiempo sería José Luis Peralta quien tomaría las riendas de su carrera. Cinco años en los que no pisó Sevilla y en el que unos problemas de salud le obligaron a abandonar los ruedos por un tiempo.
La etapa con José Luis Peralta, Rafael de Paula, Curro Vázquez y, tras ella, los aires mexicanos de Morante
Su reaparición en Olivenza vino de la mano de José Luis en la temporada de 2005. En 2006 tomó las riendas de su carrera Rafael de Paula, pero aquello duró poco y Morante volvió a cortar la temporada en junio de 2007 -siempre guardará grandes recuerdos José Antonio de aquella época, como así ha sacado a la luz en diversas ocasiones-.
Anunció su reaparición meses después para torear mano a mano con El Pana en la madrileña plaza de Vistalegre. Fue el 28 de febrero de 2008. Una reaparición que vendría de la mano de José Sánchez Benito, ganadero salmantino y suegro de Antonio Barrera, apoderado con el que finalizaría su vinculación a finales de 2009, tomando las riendas de su carrera en 2010 el matador de toros Curro Vázquez. Tras dos temporadas juntos, el sevillano sería apoderado por Antonio Barrera bajo el paraguas de Alberto Bailleres (ETM).
La retirada de Morante en El Puerto y su regreso de la mano de Manolo Lozano
José Antonio, pese al gran respaldo económico que le daba Espectáculos Taurinos de México -posteriormente convertida en Fusión Internacional por la Tauromaquia- decidió que fuera José Miguel Carvajal -como gestor- y no Antonio Barrera quien llevara los asuntos relacionados con su apoderamiento. Pero todo saltó por los aires tras una aciaga tarde en El Puerto de Santa María en un mano a mano con Julián López ‘El Juli’. Morante decidía retirarse de los ruedos por tiempo indefinido ante los problemas surgidos con la FIT.
Pero duraría poco esa retirada, ya en 2018 de la mano del taurino Manolo Lozano empezaría una nueva etapa que no se vería reflejado en los ruedos hasta el mes de mayo en Jerez de la Frontera, temporada en la que se negaría a ser televisado, quedándose fuera de las principales ferias del orbe taurino. Una vez pasada su doble cita con Sevilla en San Miguel y tras el festival del 12 de octubre celebrado en el coso hispalense, se haría oficial la ruptura amistosa entre ambos. Manolo Lozano, a sus más de 90 años de edad, finalizaba su vínculo con el sevillano.
Toño Matilla, el penúltimo apoderado de Morante
Sorprendería entonces el cigarrero apostando por la Casa Matilla para que llevara los designios de su carrera tanto en la temporada americana como en un 2019, donde daría un paso adelante definitivo en su carrera. Tras la llegada de la pandemia y dos años muy complicados, el sevillano rompería su relación de apoderamiento con la Casa Matilla para llevar su carrera en solitario, algo que con el tiempo se encargaría Pedro Jorge Marques, amigo personal del torero y con el que aún sigue vinculado profesionalmente.
La temporada de sus 100 tardes, junto a Pedro Marques
Un José Antonio Morante de la Puebla, que en estos 25 años como matador de toros, y otros tantos como novillero con y sin picadores, ha tenido la friolera de 14 apoderados y dos casas importantes. Como novillero sin picadores y posteriormente con picadores estuvo a su lado Leonardo Muñoz para más tarde tomar las riendas de su carrera un Miguel Flores que le firmó la tarde de su alternativa. Junto a Flores y ya como matador de toros han estado vinculados profesionalmente a su carrera: José Luis Marca, Álvarez Canorea, Manolo Macías, Manuel Camará, José Luis Peralta, Rafael de Paula, Sánchez Benito, Curro Vázquez, FIT (Antonio Barrera y José Miguel Carvajal), Manolo Lozano, Casa Matilla (Toño Matilla) y Pedro Jorge Marques.