Los toros que se convierten en los sementales de la ganadería pasan a un cercado especifico para mantener su buen estado físico durante el tiempo en el que no se encuentran en el de las vacas. Dependiendo de la zona y el clima del entorno de la vacada, pueden llegar a variar el tiempo de las parideras, que es cuando las vacas dan a luz a sus becerros, comenzando así a contarse el tiempo desde el nacimiento del primero hasta el último, rondando los meses de septiembre a mayo.
Hay que tener en cuenta que los años ganaderos no son como los nuestros, de enero a diciembre, sino que comienzan en julio. Por lo tanto, y aproximadamente, se echan los sementales en el cercado de las vacas durante los meses de noviembre y diciembre y se retiran en junio o julio. En este caso nos encontramos con un semental de repaso, cuya labor es reconocer a las vacas que no se han quedado preñadas y conseguir cubrirlas para así aumentar el número de becerritos en el año. Normalmente, en dichas ocasiones se deja un mes de por medio entre un semental y otro para saber a qué padre pertenecen cada uno de los recién nacidos tras los nueve meses de embarazo de las vacas.
Alberto Morales, ganadero del hierro sevillano de Torrehandilla, cuenta lo importante que son los sementales en la ganadería y hace referencia a Tomatero, hijo de otro semental de la casa. Éste va a estar durante tres meses con las vacas y tal y como cuenta el ganadero a ‘Tiempo de Toros’: «El toro puede perder estos meses 80 kilos porque se mueve mucho buscando a las vacas».
El mayoral y todos los responsables de la crianza de los toros sevillanos comienzan a realizar el traslado llevando los bueyes con el semental por la mangá hacía su nuevo hogar en otra parte de la ganadería. Todo iba bastante tranquilo hasta que comienza a percibir el olor de las vacas y comienza a galopar por el prado. Tomatero se separa de los bueyes, adelantando a los caballos debido a su astuta intuición de saber hacía donde se dirige, ya que es todo un veterano de la Soberbina.
Ante esta situación, el mayoral actuó rápidamente comenzando a llamar a las vacas para que se dirigieran al encuentro con Tomatero, éste se integra fácilmente y comienza a comer entre las treinta vacas y sus becerros. Durante los próximos tres meses debe convivir con éstas y cumplir con su nuevo propósito justo antes de volver a su especial cercado junto a los demás sementales.