El coso Monumental “La Luz” registró tres cuartos de entrada en tarde de agradable clima para la segunda corrida de la tradicional feria, resultando el mejor librado, Héctor Gutiérrez al dar la única vuelta al ruedo con petición de oreja. Sus alternantes, el europeo Sebastián Castella, quien así reapareció en México y, Arturo Gilio, quien debutó como matador de toros en esta plaza, saludaron desde el tercio.
Cabe apuntar que, durante el festejo leonés, actuaron elementos de las dos agrupaciones de subalternos, es decir, de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros y de la Asociación Nacional de Picadores y Banderilleros.
Se lidiaron ocho toros, siete de la dehesa jalisciense de Villa Carmela, uno de ellos de obsequio como octavo; siendo buenos el segundo, el tercero y el octavo de donación; complicados el primero, el cuarto, el quinto y el sexto. Y uno más de regalo, el séptimo, de Julio Delgado, muy malo.
El galo Sebastián Castella en el astado que abrió plaza, noble, fijo pero falto de fuerza, lanceó de manera empeñosa. Con la muleta se mostró más que dispuesto, pero sin colaboración del burel, destacándose algunos pases sueltos y lográndolos de uno en uno. Dejó una certera estocada y se le ovacionó en el tercio.
En su segundo, noble, pero falto de fuerza, Castella lo veroniqueó de forma voluntariosa. Con la pañosa empezó doblándose toreramente y, a base de sobar a su antagonista, intentó inventar la faena, pero la falta de trasmisión del astado no le permitió cristalizarla, por lo que únicamente sobresalieron algunos muletazos. Mató hasta el tercer intento y todo se redujo a palmas.
En el de regalo, del hierro de Julio Delgado, de nulas opciones, Sebastián simplemente lo bregó y sorteó algunos extraños, sobre todo, por el lado izquierdo. Buen puyazo de Efrén Acosta. Con la tela escarlata, el francés se dejó ver con todo su deseo por agradar al respetable, pero no tuvo “tela de donde cortar”. Sencillamente lo lidió y le aguantó una que otra embestida descompuesta. No atinó al matar y fue silenciada su labor.
A su primero, el aquicalidense Héctor Gutiérrez, quien salió a darlo todo, inició con dos largas cambiadas de rodillas y, de pie, veroniquear con gusto, rematando con una torera larga, además de ejecutar un ceñido quite por gaoneras. Tras el segundo tercio el banderillero Jorge Delijorge se desmonteró. Con la sarga, Héctor empezó de hinojos en los medios largando emotivos pases, entre ellos, un cambiado por la espalda y el de pecho, para luego, ya incorporado, cuajar una faena plena de entrega y de valor a un ejemplar que le faltaba fuerza, pero el torero lo fue consintiendo hasta lograrle dar las series finales y, sobre todo, dándose un arrimón, haciendo el toreo en redondo y, llegándole de verdad al público. Cerró con manoletinas de hinojos y ajustadas. Falló al matar y todo quedó en vuelta al ruedo con petición de oreja.
Gutiérrez en su segundo, soso y complicado, capoteó con esmero y mejor quitó por saltilleras. Con la muleta intentó el lucimiento en todo momento, dispuesto, pero con poca colaboración del toro. Aún así, hizo el esfuerzo, logrando momentos meritorios, pero sin redondear el trasteo. Acabó de estocada honda para ser aplaudido.
Héctor, en el de obsequio, alegre y con calidad, aunque colándose al final, de la dehesa titular de Villa Carmela, lo lanceó toreramente a la verónica flexionando una pierna. Con la muleta inició con pases estatuarios, viéndose firme y con evidente actitud, mas que determinado en una faena que levantó a la gente de sus asientos porque siempre fue a más en su quehacer, logrado pasajes de mucho mérito y, de tanto aguante, sufrió una voltereta para recibir algunos golpes, pero siguió valiente y cerró con joselillinas, de pasmosa quietud. Falló a la hora buena y entre gritos de ¡torero! fue ovacionado con fuerza.
El coahuilense Arturo Gilio a su primero, que tuvo calidad, le dio una verónica y una serie de toreras gaoneras. Con la franela inició su labor de rodillas para después, de pie, estructurar una faena importante en la que hubo pases con empaque y profundidad por ambos pitones y estando a la altura de las circunstancias. Hizo el toreo en redondo y realizó manoletinas ceñidas apara abrochar. Acabó de estocada algo caída para hacerse ovacionar en el tercio.
En su segundo, sin trasmisión, Gilio lo veroniqueó y le instrumentó chicuelinas empeñosas. Con la muleta comenzó con dos cambiados por la espalda en los medios para con entrega y disposición, pero el ejemplar no le ayudó. Aun así, el torero estuvo ahí intentándolo hasta lograr algunos pases de mérito. Al final falló al matar y se le aplaudió el esfuerzo.
FICHA DEL FESTEJO
León, Guanajuato. Segunda corrida de la Feria. Monumental “La Luz”. Tres cuartos en tarde de agradable clima.
Ocho toros, siete de la dehesa jalisciense de Villa Carmela, uno de ellos de obsequio como octavo; siendo buenos el segundo, el tercero y el octavo de donación; complicados el primero, el cuarto, el quinto y el sexto. Y uno más de regalo, el séptimo, de Julio Delgado, muy malo.
Sebastián Castella: Al tercio, palmas y silencio en el de regalo.
Héctor Gutiérrez: Vuelta al ruedo, palmas y gran ovación en el de regalo.
Arturo Gilio: Al tercio y palmas.
INCIDENCIAS: Actuaron en el festejo leonés, elementos de las dos agrupaciones de subalternos, es decir, de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros y de la Asociación Nacional de Picadores y Banderilleros.