MÉXICO

Diego Silveti triunfa de luces y de charro en su histórica encerrona leonesa


domingo 5 febrero, 2023

Se llenó el coso Monumental “La Luz”, en tarde de agradable clima, para la tercera corrida del serial leonés 2023

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Foto: Méndez

Se llenó el coso Monumental “La Luz”, en tarde de agradable clima, para la tercera corrida del serial leonés 2023 y en la que, adornada con la obra pictórica del artista plástico Javier Hernández “Capelo”, se llevó a cabo la histórica encerrona del diestro guanajuatense Diego Silveti, la primera que se realiza en la célebre dinastía y, de la que, salió en hombros de manera clamorosa al cortar tres orejas vestido de luces y, dos orejas y rabo, vistiendo de charro. 

Se lidiaron seis toros de varias ganaderías, de Villa Carmela, regular de juego. De San Miguel de Mimiahuápam, bueno. De Bernaldo de Quirós, bueno, con palmas en el arrastre. De los Sucesores de Teófilo Gómez, bueno, con palmas en el arrastre. De Fernando de la Mora, muy bueno, con vuelta al ruedo. Y de Begoña, exigente. 

En el toro que abrió plaza, de Villa Carmela, que tuvo calidad, llamado “4 Generaciones”, Diego Silveti capoteó de forma empeñosa. Con la muleta empezó su faena doblándose para seguir con series buenas por ambos lados. Hizo el toreo en redondo en la zona de tablas. Mató de certera estocada y se le concedió una oreja. 

A su segundo, de San Miguel de Mimiahuápam, “Dinastía de Cofrades”, de buen juego, Diego veroniqueó voluntariosamente. Con la sarga, tras brindarle al reconocido cantante Emmanuel, muy amigo de la familia Silveti, se fue haciendo poco a poco del astado para lograr ejecutar algunos pases de buena factura por ambos pitones, intercalando un desdén. Acabó de espadazo en buen sitio, el toro tardó en doblar y todo quedó en palmas. 

Silveti en su tercero, de Bernaldo de Quirós, “Misterio”, también de buen juego, que tuvo calidad, aunque con poca fuerza, lanceó bien a la verónica, viéndose mejor en un ajustado quite por gaoneras y lo aprovechó bien. Con la pañosa, luego de brindarle a su señora esposa, realizó una faena que empezó llevando al toro de las tablas a los medios para seguir con pasajes importantes, sobre todo, por el lado izquierdo, con temple. Lo hizo igualmente en redondo, abrochó con luquesinas y terminó de estocada recibiendo para obtener dos orejas benévolas, en tanto que, al toro, se le aplaudió en el arrastre. 

En su cuarto ejemplar, de los Sucesores de Teófilo Gómez, “Mil Besos”, de gran calidad y mucho son, el espada dinástico capoteó de manera variada, lucida y sentida con verónicas, chicuelinas, saltilleras y una revolera, además de un serio y emotivo quite por saltilleras que levantó a la gente de sus asientos. Con la franela, su faena la brindó a su tío, el matador de toros Alejandro Silveti en medio de una gran ovación, quien agradeció la distinción hincándose en la arena para besarla, para comenzarla el sobrino yendo a más, aprovechando las buenas condiciones del toro, sobre todo, cuando se lo llevó a los medios para cuajarla de manera importante por ambos lados, haciendo el toreo de mano baja y con lentitud, intercalando un cambio por la espalda y pases en redondo para cerrar con ceñidas manoletinas. Sin embargo, todo lo bien realizado lo malogró con la espada para ser ovacionado en el tercio tras un aviso y al burel se le aplaudió en el arrastre. 

Vino una pausa en el festejo para realizar un sentido y emotivo homenaje a la dinastía Silveti, con un espectáculo de luces y fuegos artificiales, amenizado por música de mariachi que entonó la “Vida no vale nada”, de don José Alfredo Jiménez.  

De Fernando de la Mora fue el quinto, “Cielo Rojo”, marcado con el número 39 y con 488 kilos, de gran juego, al que Diego, ahora vestido de charro, al igual que su cuadrilla, lanceó con buen afán. Tras el tercio de banderillas se desmonteró el subalterno Gustavo Campos. Con la muleta, el diestro en solitario, después de irse a los medios para brindar al cielo, de donde se asomaron a verlo torear su bisabuelo “Juan sin Miedo”, su abuelo Juan “El Tigre” y su padre “El Rey” David, comenzó ahí mismo con estéticos pases ayudados por alto para continuar en una faena torera y talentosa pues aunque el toro era muy bueno, tuvo poca fuerza, por ello lo fue consintiendo, le tomó la distancia y así cuajó muletazos lentos, plenos de auto abandono del torero, impactando fuerte en el ánimo de la gente. Intercaló cambios por la espalda y, principalmente, muletazos de extrema lentitud. Joselillinas sin ayudado para abrochar, todo amenizado por música de mariachi, sobre todo, por la afamada canción de “El Rey”. Hubo petición de indulto, pero Diego entró a matar y dejó soberbia estocada para hacerse de las orejas y el rabo en medio del contento general, en tanto que, a los restos del astado, se les dio la vuelta al ruedo. 

Y en el ejemplar que cerró el festejo, de Begoña, “Gran Dinastía” de nombre, bravo y exigente, Silveti lo lanceó bien, con exposición y verse mejor en un quite variado, además de tener el detalle de invitar a quitar a los dos sobresalientes, tocando a Valente Alanís ejecutar navarras y a Gerardo Sánchez “El Suavecito” dar chicuelinas. Con la pañosa, Diego llevó a cabo una labor de poder, mostrando así su capacidad lidiadora con un astado que le exigía y al que le pudo para cuajarle muletazos de mucho valor. Dejó una estocada tendida para serle aplaudido el esfuerzo. 

FICHA DEL FESTEJO

León, Guanajuato. Tercera corrida de su tradicional feria.  Monumental “La Luz”. Lleno en tarde de agradable clima. 

Seis toros de varias dehesas, de Villa Carmela, regular de juego. De San Miguel de Mimiahuápam, bueno. De Bernaldo de Quirós, bueno, con palmas en el arrastre. De los Sucesores de Teófilo Gómez, bueno, con palmas en el arrastre. De Fernando de la Mora, muy bueno, con vuelta al ruedo. Y de Begoña, complicado. 

Diego Silveti, encerrona: Una oreja, palmas, dos orejas benévolas, al tercio tras un aviso, dos orejas y rabo y, palmas, con clamorosa salida en hombros. 

INCIDENCIAS: Tras la lidia del cuarto toro se hizo una pausa en el festejo para realizar un sentido y emotivo homenaje a la dinastía Silveti, con un espectáculo de luces y fuegos artificiales, amenizado por música de mariachi que entonó la “Vida no vale nada”, de don José Alfredo Jiménez, por lo que, para la parte faltante de la encerrona, Diego ya salió vestido de charro, al igual que su cuadrilla.