La siguiente historia, si debiera tener una palabra clave, sería la de vocación. Por ser alguien en la vida, lo primero; por honrar el traje de luces, después. La protagoniza Ángel Bustos, padre de tres hijos y un importante ejecutivo de una multinacional del sector financiero que en el año 2021 debutó como novillero con caballos en un festejo que se celebró en el municipio toledano de Consuegra. Nació en Badajoz pero muy pronto se trasladó a Madrid, donde vive, tiene su familia y ahora quiere conseguir su sueño esta temporada: torear en Las Ventas.
Ángel Bustos, que así se llama, no empezó en la Escuela Taurina a prepararse hace dos décadas, sino que le enseñó a torear el profesional Carlos Neila. Cada día se levanta a las 6:00 horas de la mañana, antes de ir a trabajar, para entrenar, algo que consigue a base de una grandísima voluntad y vocación: con ella, es capaz de solventar los defectos que aún tiene como novillero. Su sueño puede parecer inalcanzable, pero su trayectoria como novillero le hizo tener cierta técnica y saber solventar los inconvenientes que te ponen los animales.
Hoy queríamos hablar con él, saber cuáles son sus sueños en el medio y corto plazo. El toreo lo tiene en la cabeza, no puede vivir sin él, de ahí que esté dispuesto a seguir en los ruedos; pese a tener su vida resuelta gracias a un gran puesto de trabajo en una multinacional financiera, es un hombre ambicioso en lo personal, con las ideas claras; así, mantiene su compromiso con el toreo y con él mismo.
Debutó como novillero con caballos en 2021
«Yo toreé sin picadores en el 99, 2000 y 2001«, comienza explicando Bustos. «Llegué a torear en La Oportunidad de Vistalegre. No fueron muchas, pero casi 20 festejos entre novilladas sin caballos y becerradas Me aparté, no volví a coger una muleta durante ocho años para enfocarme en mi trabajo y en mi vida profesional, y cuando la tenía medianamente solucionada, volví a torear«, relata.
Fue un tiempo alejado del torero que no le cortó las alas a una afición que con el tiempo ha ido siendo cada vez mayor: «Así es, como te dije antes, estuve ocho años con la disciplina de tocar una muleta. Cuando tuve mi vida más ordenada, lidié vacas y toros a puerta cerrada. También empecé a torear de corto con festivales de aficionados prácticos«.
Una trayectoria dividida en dos etapas, y en medio una vida dedicada a su profesión, alejado de su tierra y del toreo: «Estuve viviendo en Asia, en Hong Kong, y cuando regresé a España no quería morirme sin debutar con caballos. En 2021 toreé tres en España y una en Ecuador y en 2022 hasta 7 novilladas con caballos».
Tras su vuelta a los ruedos vio que era el momento de debutar con los del castoreño: «En 2021 debuté en una novillada con caballos en Consuegra, y luego toreé en municipios como Valsaín o El Herrumblar (Cuenca), además de Ecuador«, un nuevo camino para un hombre que no podía vivir sin tener cerca el toro. «En 2022 también toreé en Valsaín, y luego en Santa María la Real de Nieva, Mula, Hinojos, Sepúlveda, Numancia de la Sagra y Laguna de Duero», añade.
Objetivo: Madrid
Pero el tiempo pasa para todos, de ahí que tenga un objetivo en mente, un paso fundamental en su carrera: «El objetivo, con mi situación, es ir tanda a tanda. Ni siquiera novillada a novillada. Quiero honrar a los profesionales que llevo en la cuadrilla y al traje de luces. En el momento en el que viese que no estoy, me iría», señala un novillero que tiene un sueño por cumplir, un objetivo que no se le va de la cabeza. “Mi sueño es presentarme de novillero en Madrid. Quiero luchar por ello. La alternativa te la tienes que ganar por meritocracia, no por el capricho de nadie«.
Sus referentes en el toreo
Nos hablaba antes de Carlos Neila, un hombre fundamental en sus inicios, ahora con el paso del tiempo ha encontrado a un nuevo compañero de fatigas, un hombre que cree en él: «Mi maestro es Emilio Chamón Ortega, una persona muy estudiosa del toreo. Él me está enseñando muchísimo y hemos pasado por todos los pilares. Cuando lees y profundizas, es que lo que más marca son las personalidades, y las que hubo en otras épocas del toreo son fundamentales. Todos los que han conseguido tener ese carisma, son un referente. Un torero tiene que ser un artista y aspirar a eso, a generar una motivación especial en el espectador».
Un camino que no es nada fácil: su objetivo es presentarse en Madrid, pero para llegar a ello es consciente que debe dar pasos antes para llegar con cierto rodaje; de momento no hay nada por delante. «Esto es algo puramente vocacional, de ahí que pese a las vicisitudes, uno nunca pierda la esperanza, tengo claro mi objetivo y voy a pelearlo, es mi sueño», concluye.