Los ganaderos de bravo son los auténticos sufridores, hombres y mujeres que han tenido que aguantar los dos años de pandemia y la posterior subida de materias primas derivadas de la inflación. Cargan sobre sus espaldas todo el peso de una crisis que está afectando de forma directa a nuestros criadores de lidia. Desde que en 2020 nos sacudiera esta crisis sanitaria, han sido ellos los que siguen apretando los dientes para no tener que bajar la persiana de sus explotaciones.
Cuando caen los copos de nieve mansamente, sin ventisca -como está ocurriendo ahora en muchas zonas de Castilla y León-, es un espectáculo de belleza y calma. Los toros y las vacas permanecen quietos como intuyendo que tiene que ahorrar energía para los días posteriores cuando el campo se vista con el extenso manto blanco. Para el ganadero, la nevada es una promesa de humedad para el pastizal, pero es también, una sobrecarga económica y puntual a soportar. El ganado vacuno bravo ha perdido su carácter silvestre y su capacidad para sobrevivir en esas condiciones.
Como bien dice el sabio refranero español, «año de nieves, año de bienes». Precisamente eso es lo que necesitan muchos de nuestros ganaderos, que la soga deje de ahogarles el cuello y puedan salir hacia adelante. 2023 llegó con varias borrascas que pintaron parte de nuestra península de blanco, ahora con el mes de febrero languideciendo se vuelve a teñir de blanco nuestra piel de toro. Con este frente, múltiples criadores han visto como las altas temperaturas de hace unos días dejaban paso a este bienvenido frente.
Una de las ganaderías que ha disfrutado de la llegada de este frente es la salmantina de El Pilar; allí en los cercados donde conviven sus animales, éstos han aplaudido la llegada de este invitado de honor que les acompañará, al menos, unos días. En las redes sociales de dicha casa ganadera se ha visto cómo un becerro con pocas horas caminaba junto a su madre bajo la intensa nevada. Una vaca de pelo castaño y de gran arboladura que le marcaba el camino a su hijo.
Una estampa preciosa que se ha vuelto viral en las redes sociales: «Primer día de vida. Y de nieve», llevaba por título esta nueva publicación. Un vídeo entrañable de un momento importantísimo para una ganadería, ese en el que un animal con pocas horas de vida es capaz de adaptarse al entorno tan extremo en el que vive. «Este va a ser fuerte y bueno», comentaba una seguidora de la ganadería en redes; «no cabe más belleza», escribía luego otra usuaria. Dos comentarios que se unieron al de un último seguidor que publicaba lo siguiente: «Qué duros que son, la madre que los parió».
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