TEXTOS: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
La Corrida de las Naciones es una de las novedades de Plaza 1 para este San Isidro. Un festejo en el que seis matadores de seis nacionalidades distintas se enfrentarán a un toro cada uno de la ganadería de El Pilar. Un festejo que ya se ha bautizado entre los aficionados con la ironía de la Corrida de Eurovisión.
El francés abre cartel para agotar su último cartucho en un San Isidro en el que su imagen ha sido la de un torero solvente, capaz y asentado en un estatus merecido y justificado. Sin embargo, Juan es ambicioso y no se anuncia porque sí, por lo que un último toro en esta feria no querrá que pase en balde. Conoce la ganadería y tiene la capacidad de torear tan despacio como exige el toro de Moisés Fraile.
El colombiano Luis Bolívar hace su primera aparición en esta feria para lidiar un toro de El Pilar en esta Corrida de las Naciones. Viene de cortar una oreja en Sevilla y de iniciar una temporada que puede ser la de su asalto definitivo a las ferias europeas. Lleva ya algún tiempo sin pisar este ruedo, pero lo conoce a la perfección y sabe las teclas que debe tocar para que guste su música. Es una apuesta segura para este festejo.
El representante español en la corrida es el salmantino Juan del Álamo, que no ha tenido suerte en sus dos actuaciones en el serial y esta es su última bala para tocar el pelo a que nos tiene acostumbrados. Y también para que no comience a olvidarse -por la frágil memoria de este negocio- la puerta grande que fue capaz de abrir el pasado año.
El peruano en liza en el festejo es Joaquín Galdós, que tiene en la tarde de hoy su única oportunidad de brillar en San Isidro, y será con un único toro. Ha demostrado de sobra que sabe torear, pero también que se encuentra en un momento muy dulce, tras su gran actuación en San Martín de Crau, de la que habla todo el mundo.
Cortó una oreja el día 17 y eso le ha dado fuerza para salir adelante estas semanas de cara a este compromiso. Torero de recursos, Luis David posee un concepto del toreo tan personal como arrebatador. De gran intensidad, firmeza y ligazón, el mexicano busca apretarse con los toros y someterlos para cimentar después faenas basadas en la emoción que aporta temple y las cercanías. Madrid espera a Luis David. Y Luis David espera a Madrid. Vuelven a cruzarse. Las Ventas con sus códigos. Y aquel novillero convertido ahora en todo un matador de toros que confirmó el pasado Otoño su alternativa, su tauromaquia y sus sueños.
No le tocó precisamente ayer el mejor lote de la corrida de Garcigrande. Serio en su concepto del toreo, no parece venezolano en la forma de parirlo, porque cuenta con la sobriedad y la elegancia de los toreros de Castilla y con un valor que le permite pisar el lugar comprometido y trazar muy despacio. Hoy tiene su segunda tarde como matador en esta plaza.
El hierro salmantino es uno de los que más toros buenos han echado al ruedo de Madrid en los últimos años. En la mente de todos están los Niñitos, Bilaneros y Guajiros que han escrito casi el mito de la vacada de Moisés Fraile. Hasta el punto de que es posible que sea la ganadería a elegir en muchas ferias, pero no es fácil cuajar el toro que busca Moisés.
Porque la excelencia en el toro exige un animal que embista despacio, y eso casa mal con la exigencia de algunos públicos de que el toro corra mucho. La humillación la entrega y la clase complementan la lentitud en la embestida, y para cuajar ese tipo de animal hay que ser un superclase. Aunque en algunos tendidos se confunda la lentitud con la falta de fuerza o de raza.
Madrid es la plaza que obsesiona a Moisés Fraile y el día llega de nuevo hoy.