El toreo nace muchas veces de la improvisación y otras del estudio pormenorizado. Muchos son los toreros que buceando en la historia de la tauromaquia dieron con ese lance que les hizo ser recordados de por vida. Así, la chicuelina le debe su nombre a Chicuelo, la gaonera a Rodolfo Gaona, la caleserina a Alfonso Ramírez ‘El Calesero’ o la manoletina a Domingo Ortega, pese a que mucha gente se la atribuye a Manuel Rodríguez ‘Manolete’.
Como podemos leer en el blog ‘La razón incorpórea’, fue el propio Manolete quien explicó en una entrevista reproducida en el libro de Juan Castillo Casas que él no era su inventor, sino Domingo Ortega, una de las máximas figuras del toreo en los años treinta. Por lo tanto, el propio torero cordobés dio por zanjado un tema que levantó mucho revuelo en la época y que con el tiempo pocos se han parado en revisar, quedando el nombre como manoletina.
«La manoletina no es un muletazo que yo haya inventado. Yo se lo ví a Ortega. Domingo la ejecutaba dando un paso o dos. Yo lo que hice fue quedarme en un solo lugar y no moverme, como no fuera girando en el mismo sitio: Yo no he creado ningún muletazo…»
Ahora, muchos años después el torero peruano Andrés Roca Rey llama la atención con un lance pocas veces visto y que llevó a cabo el pasado sábado en Illescas ante un toro de Daniel Ruiz. Se trata de un quite de gran exposición, una combinación de lances donde el torero peruano se deja llegar al toro a la misma faja en un quite que alterna tafalleras por la espalda, chicuelinas, nuevamente tafalleras para cerrar con varias gaoneras. Aquí el peruano combina dos lances de gran exposición: Tafallera o ‘puente de la muerte’ y gaonera o lance de frente por detrás, pudiendo ser llamadas ambas de una forma u otra.
Pero novedad no radica en este variado quite, la sorpresa está en la primera tafallera tras la chicuelina, ahí es donde Andrés se juega la femoral en un lance pocas veces visto hasta ahora. La dificultad radica en ese cambia el pitón por donde viene el animal, modificándole la trayectoria al toro para pasárselo por el otro pitón, es decir, el lance por Chicuelinas se produce por el izquierdo y la Tafallera acaba siendo por el derecho, ahí es donde radica la dificultad del lance al tener que girar mucho más el toro e irse por donde ha venido.
Una tarde donde el torero nacido en Lima dio un paso más en su tauromaquia, innovando con un lance que pocas veces se había realizado por la exposición que entraña el mismo. Un lance que no vino de la improvisación por la trayectoria del animal, sino por la imposición del torero, el cual buscó rizar el rizo y llegar aún más al tendido. Esta tafallera no pasó de apercibida para los aficionados. Pinche en la siguiente imagen para acceder al vídeo del quite.
