Tras una temporada que sobrepasó los 100 festejos taurinos, José Antonio Morante de la Puebla decidió a finales de la pasada temporada pisar un poco el freno tras un año muy agotador para él. Una cantidad tan alta de festejos le hicieron que no quisiera realizar temporada americana y aplazar su vuelta —de luces— hasta Sevilla el Domingo de Resurrección, una fecha de gran relevancia en el calendario y muy significativa para él.
Pero no ha sido el primer paseíllo que ha trenzado el torero de La Puebla del Río este 2023: ya el 28 de febrero se anunció en el festival taurino celebrado en la plaza de toros de La Merced de Huelva en una tarde especial para todos los presentes. Un festejo donde pudo cortarle una oreja a un buen novillo con el hierro de José Luis Pereda en una tarde que compartió junto al rejoneador Andrés Romero, los matadores de toros Juan Ortega, David de Miranda y Pablo Aguado, así como con el novillero García-Palacios.
Pero volvamos a 2022. Con motivo de la finalización de la temporada en Ubrique, el periodista Vicente Zabala de la Serna quiso charlar con el diestro cigarrero horas antes su último paseíllo del año. Fue un cara a cara sin papeles por medio, una conversación pausada que más tarde iría en portada en un periódico de tirada nacional como El Mundo, ese que viene haciendo una apuesta sin fisuras por el mundo del toro.
«De todas las grandes faenas en plazas clave como pueden ser Sevilla, Madrid, Pamplona, Salamanca… había una de ellas que estaba por encima de todas», preguntó Zabala, la respuesta de Morante no se hizo esperar: «Me quedo con que todas han sido diferentes, y para mí en eso reside una importancia fundamental. Da la dimensión de no ser un torero preconcebido. La inspiración, la variedad, la distinción de cada faena, es vital. Y es lo que me ha conducido a este momento. De todas, la que más me emocionó fue la de la Beneficencia de Madrid, que es una plaza muy difícil. Anduve cerquita de la Puerta Grande, un anhelo pendiente».
Una tarde que significó mucho para José Antonio, la cual, según el propio espada sevillano, «es una espinita que aún tengo clavada dentro de mí». Por lo tanto, este 2023 el diestro nacido junto a la orilla del río Guadalquivir buscará poder salir por primera vez a hombros como matador de toros en la primera plaza del mundo. Para ello tendrá tres oportunidades, seis balas para conseguir su sueño.