Ahora que se acerca el momento que todos, aficionados y profesionales, estamos esperando con respecto a la nueva plataforma de televisión, quien más y quien menos tiene reprocches que hacerle. Pero luego estamos los que podemos preguntarle y que se explique, a través de quien ya ha tomado el mando de las operaciones y las declaraciones, al propio canal, que pareció tener la piel del oso aquel 1 de febrero de galas, corbatas y vinos y después llegó el propio oso preguntando por su piel con actitud amenazante. Y ahí anda todavía, peleándose con Pablo Romero, que es a quien han puesto por delante porque es quien contaba con una herramienta para -al menos- que salieran imágenes en un ordenador.
Lo cierto es que hay más que tienen este tipo de herramientas ya desarrolladas y bastante mejor preparadas, que son los que advierten de los peligros que se puede encontrar la operadora en ese fatídico 9 de abril que se apellida de Resurrección. Y lo podrá ser si el oso finalmente acierta con el zarpazo, pese a que nos aseguren que nada de esto va a ocurrir y pese a que, también, el plan de contingencia se haya montado en menos de tres semanas.
El pasado martes tuve la ocasión de hablar largo y tendido con Pablo Romero, que tiene cierto aire a Feijoo y adopta también ese habla política que debe acompañar a un buen comercial. Al fin y al cabo, es a lo que se dedica. Y la conversación solventó algunas dudas, si bien dejó otras más profundas que vamos a intentar reflejar, porque todo es susceptible de mejorar mientras el oso no nos acierte de pleno.
Iba a contar todo esto en una entrevista, pero antes de que yo editase la mía vi el magnífico trabajo de Jesús Bayort en ABC y comprendí que no tenía sentido publicar lo mismo; era mejor analizar lo que nos decía. Y el principal argumento es que todo esto -y por ‘esto’ comprendo que son los casi 10.000 suscriptores que aseguran que tendrán el domingo- se ha construido desde el 2 de marzo hasta el 28 del mismo mes. Es cierto que el plazo es bastante exiguo para trabajar, y hasta concedo que el esfuerzo realizado es ímprobo, pero se me ocurren dos reflexiones.
La primera: ¿Alguien puede explicarnos qué coño estaban haciendo los que mandan en la empresa y anunciaron la compra de derechos el 1 de febrero? Se supone que una inversión de 5 millones en los derechos de la primera plaza del mundo debe llevar asociado muy estrechamente un plan sólido detrás del cheque. Y solidísimo era el equipo encargado de elaborar el material. Pero ¿y lo de llegar a las personas? ¿Y lo de vender para recuperar la inversión? ¿Y lo de generar confianza en el aficionado para hacerle saber que va a caminar hacia el futuro y no hacia el abismo? Un año llevaban trabajano, según lo que nos dijeron, en la idea del millón. Y hasta fueron a Mundotoro a por sus millones de usuarios. Pero a ninguno se le ocurrió que una cosa es un portal y otra muy distinta un emisor de señal que depende de varios servidores con varios webmásters trabajando en consonancia. Y cuando cayeron en la cuenta y se fueron a un operador a la antigua usanza, ya iban un eón tarde en la confianza del usuario.
La segunda: la llegada de Pablo Romero y su Plaza Toros -que servía la señal de Movistar para América desde hace tres años- supuso un soplo de aire para los que habían comprado los derechos entre cubata y cubata, y se agarraron, por supuesto, al maná que éste les ofrecía para tener al menos una señal que aportar a los usuarios que debían pagar una leña para recuperar la pasta invertida -del modelo de negocio es mejor que ni hablemos-. Sin embargo, en handicap que se van a encontrar aquí el Domingo de Resurrección no es menor: en el momento de máxima expansión de Plaza Toros -que, por cierto, ya tiene aplicación en Samsung-en América tuvo 7.200 suscriptores. Si los datos que llevamos nos hablan de 10.000 personas para el día del estreno, ¿cómo va a aguantar ese cuello de botella una aplicación tan de ‘andar por casa’? Los sistemas de Media Pro son los que al final saldarán los restos de la aventura, pero no deja de ser preocupante.
No para el usuario, sino también para el director comercial del proyecto. «Por supuesto que me procupa que los servidores no se caigan y que logremos solucionar todas las dificultades técnicas. Si no lo logramos antes del día 9, al menos hacerlo antes del 19, fecha en que comienza la Feria de Abril. Pero es que esperamos 50.000 suscriptores en San Isidro», me explicaba Pablo. Tengo un amigo que acaba de desarrollar una aplicación similar a la que necesita este proyecto y no han sido menos de tres años de desarrollo. Parace que tenemos un problema…
De momento, eso sí, se han seguido dando pasos adelante: ya se puede ver en Tvifi y la aplicación Plaza Toros ya es una realidad en los smart tv de Samsung. Pero, siendo serios, no podemos vender un operador que paga ‘melones’ por los derechos de Las Ventas diciendo que le conecten un cable HDMI del ordenador a la tele. Que sí, que funciona, pero ¿de verdad es esa -y comprale Juncal a TVE y Currito de la Cruz a Enrique Cerezo- nuestra forma de entrar en la tecnología del siglo XXI..?