En las primeras estribaciones de la sierra norte sevillana se encuentra la finca El Roque, cuartel general de la divisa sevillana de Soto de la Fuente. Allí pastan desde finales de los años 80 toros y vacas de procedencia Domecq vía Algarra y Sampedro, dos divisas de reconocido prestigio que durante muchos años le dieron lustre a esta ganadería. Una sangre que se vio aumentada durante la pandemia con la adquisición de la ganadería de Los Azores, los cuales provenían en su mayoría de la ganadería de María José Barral.
Un refrescamiento de sangres que ayudará a potenciar ese toro que andan buscando en la casa. En Las Pajanosas se encuentra, por tanto, una de las ganaderías más interesantes del campo bravo sevillano, a tiro de piedra de la capital los toros bravos de esta divisa disfrutan de la libertad que supone ser toro bravo. Aquí el toro bravo es el Rey, protector único de su ecosistema, sin su presencia el equilibrio ecológico se vería afectado.
Los toros de la divisa celeste y blanca se mueven entre el pasto, entre esa vegetación que poco a poco va perdiendo su verdor debido a la falta de lluvias que asolan el campo bravo. Seriedad y armonía en sus hechuras, belleza en su fenotipo, los toros de esta casa son un fiel reflejo de la procedencia que tienen. La familia Soto cerró el círculo con esta nueva adquisición que le aportaría ese vigor que tenían los animales que en su día compró el valenciano Rafael Azor y que tanto conocía Emilio Muñoz.
Hoy queríamos hablar con Javier Soto de la Fuente, un apasionado del campo bravo, un hombre que sabe por todo lo que ha tenido que pasar la familia para seguir conservando su ganadería. Años atrás dejaron la gestión de su explotación por parte de TEPRO para hacerlo ellos en primera persona, una decisión consensuada y con un único objetivo, llevar ellos directamente las riendas de la casa.
Actualmente, la ganadería está muy depurada, se han probado un número importante de vacas y machos durante la pandemia, los resultados están ahí. La finca anda divida en dos por la N-630, al margen izquierdo se encuentran las vacas, mientras que en el derecho son los machos los que disfrutan de unos amplios cerrados colindantes con la dehesa El Cahaparral, finca que en su día dio cobijo a los animales de José Barral, luego a nombre de su hija, y que actualmente forman parte de la ganadería de Soto de la Fuente.
Seis corridas de toros y dos novilladas para esta temporada por parte de Soto de la Fuente
«Tenemos seis corridas de toros y dos novilladas. Hemos lidiado ya tres corridas de toros y los otros estamos esperando qué hacemos con ellos«, nos comentaba el ganadero sevillano, Javier Soto de la Fuente, nada más comenzar la entrevista. Unos resultados positivos que hacen encarar el resto de la temporada con bastante ilusión. «Las que hemos lidiado han sido una corrida en Madridejos, otra en Ubrique y en Villaluenga del Rosario cuatro toros. Estamos muy contentos con cómo se han dado las cosas».
Una camada importante tal y como están las cosas: «En total vamos a lidiar unos 45 toros. De lo que queda en casa, amén de las dos novilladas y los toros disponibles, también tenemos una corrida de toros fuerte, que no llega al nivel de Madrid, pero para plaza de segunda importante».
«Estamos viviendo un momento muy importante para nosotros»
«Estamos viviendo un momento muy importante para nosotros. Ahora mismo tenemos 220 vacas madres, y el objetivo tal y como están las cosas es mantenernos. Con la nueva adquisición aumentemos en el número de reproductoras, algo que era necesario para no quedarnos estancados. Sinceramente, creo que fue una decisión arriesgada, pero que a la larga nos va a dar mucho a la ganadería«, añadía Javier Soto de la Fuente.
Pese a ese volumen de animales y el dar salida a los toros y novillos, la situación no está siendo fácil con la subida de los costes y una pandemia que dejó a muchos ganaderos casi con la soga al cuello: «Entre los años de la pandemia, los precios de los animales y el año tan malo climatológicamente no está ahora mismo la cosa como para tirar cohetes. Es una cuestión de luchar para sobrevivir».
«El campo está hecho polvo; esto no tiene solución ya aquí. Solamente pedimos que llueva para que haya agua para el ganado, porque primavera ya sabemos que no habrá. Las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania también nos han afectado mucho«, nos acababa reconociendo un ganadero que sabe de la importancia de no rendirse y de seguir apretando los dientes en momentos tan complicados para los ganaderos.
FOTOGALERÍA: José Joaquín Diago