El campo bravo es ese lugar donde aquellos que se denominan animalistas deberían poner el foco, una zona donde la convivencia del hombre, el toro y el caballo es más que evidente. Las fincas bravas son parajes únicos donde se preserva la fauna y la flora autóctona de la zona en grandes extensiones donde el toro es el auténtico rey. La protección de estos entornos ayuda a conservar la dehesa, un punto donde el bosque mediterráneo se abre paso.
Al igual que las dehesas, también existe la zona de marisma o campiña, otros puntos donde el animal bravo convive con otras especies autóctonas de la zona. Hace años que la mayoría de las ganaderías dejaron atrás las zonas más productivas para afincarse en parajes donde el cultivo no se daba tanto, es decir, cambiaron las zonas agrícolas por la sierra.
En el caso de Monteviejo y Las Tiesas de Santa María se compaginan las actividades de agricultura y ganadería, dos fincas cacereñas de enorme extensión donde ambas tienen espacio, es más, no se entenderían la una sin la otra. Y aquí convive Cobradiezmos con un lote importante de vacas, esas que su ganadero Victorino Martín seleccionó para que este animal indultado en Sevilla por Manuel Escribano pudiera regar la ganadería con su simiente.
Pese a ser un toro muy bravo en la plaza, eso no garantiza que sea un buen raceador, de ahí que no se le cargue con muchas vacas hasta ver que liga bien con ellas. El primer mandamiento en la ganadería es que un semental se convierte en base de la ganadería por aquello que transmite a sus hijos y no por lo que hizo en la plaza. Conocidos son los toros que tenido un comportamiento extraordinario en la plaza y luego no han ligado bien.
Gracias al canal de YouTube de la ganadería extremeña podemos ver in situ la monta de este toro a alguna de las vacas que aún quedan sin cubrir en su cerca. Es algo que pocas veces se ve, al ser los animales muy celosos de su intimidad. En esta ocasión las imágenes hablan por si solas. Primero olfatea para ver cuál está en celo, luego poco a poco se va acercando a ella para cortejarla, hasta que cuando ella está a punto el animal la monta.
Cobradiezmos es un toro bajo, bien construido y con cara bien colocada, un animal que pese a no tener una alzada y un volumen excesivo si tiene unas hechuras magníficas para padrear. Un toro que tiene a su disposición un número amplio de hembras para cubrir este año. Como el resto de sementales, su función es dejar su simiente en las vacas que Victorino ha elegido para él. Un toro que será retirado de las mismas dentro de un par de meses a lo sumo para recuperarse de la pérdida de kilos.
Una vez que —por viejo— Cobradiezmos muera, volverá al lugar donde se ganó la vida, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, algo que prometió el pasado año el propio Victorino Martín en un acto celebrado en la misma plaza. «Cuando ‘Cobradiezmos’ muera, será disecado y entregado a la Real Maestranza, aunque espero que tarde mucho en venir«, comentó en dicho acto el criador cacereño.