El toro bravo es un animal imprevisible y, sobre todo, muy peligroso. A pesar de que a campo abierto pueda parecer que tenga cierta mansedumbre, nunca hay que fiarse de la aparente tranquilidad que su raza pueda tener. El toro de esta casa es un animal de carácter, ejemplares a los que hay que ir poco a poco convenciendo, pero el problema —como en muchas otras casas— está cuando el animal se aparta de sus hermanos, bien porque le hayan pegado o porque esté enfermo. Ahí es cuando hay que extremar la precaución.
No nos puede engañar esa nobleza y aparente calma con la que un astado bravo vive en el campo: el toro, como especie jerárquica, busca el liderazgo de la manada y cualquier otro animal que entre en su cercado puede alterar esa convivencia. Según su manejo y el encaste de las reses, su compartimento será de una forma u otra. Por todo ello, los vaqueros y mayorales andan siempre con las orejas tiesas, es decir, siempre pendiente de lo que pueda pasar.
En el siguiente vídeo, la hija de Victorino Martín se adentra en un cercado pequeño con un animal bravo, algo que entraña su riesgo. En este caso, pese a la seriedad, es un animal con riesgo menor al estar junto a dos domadores especializados, los cuales son respetados por los animales. «Estamos aquí de la mano de domadores especializados en Beas de Segura«, comienza explicando la ganadera en la descripción del vídeo, que realiza en tierras jiennenses.
«Son ganaderos mágicos, Los Murcianos, que mantienen esta tradición en este lugar, arriesgando sus vidas. Son animales bravos que a ellos los respetan, pero arremeten, embisten contra los demás y se demuestra en las fiestas. ¡Impresionante! ¡Un tesoro!», añade la hija de Victorino Martín en las redes sociales de la ganadería. Hay que tener en cuenta que estar tan cerca de un toro bravo siempre entraña un riesgo, aunque muchas veces no lo percibamos como tal.
«El toro bravo, pese a que conozca por el olor y la voz a los ganaderos, puede reaccionar de una forma imprevisible. Es menos probable si se le está dando de comer, pero no deja de existir ese riesgo» señala, por eso nadie debe adentrarse en un cercado donde hay ganado bravo, la intromisión de personas ajenas en su círculo de confianza puede acabar con esta corriendo un serio peligro, arriesgando su vida sin saber que puede perderla.