Extremadura se ha convertido por méritos propios en uno de los ejes del toreo. A la pródiga cantera de toreros, se une la larga nómina de hierros que tienen en Cáceres y Badajoz su idílico reducto, ese donde encuentran el acomodo perfecto para vivir en libertad. El viaje nos lleva hasta Calzadilla, que ejerce de vértice del triángulo que conforma con Moraleja y Coria. El toro con mayúsculas y el pueblo: la esencia de la Tauromaquia más ancestral.
La dehesa es el lugar donde el rey de la Fiesta se cría hasta su lidia en la plaza; es, sin duda, un lugar excelso donde conviven el toro y numerosas especies, pero también un lugar complicado en cuanto al trato con animales bravos. El peculiar «envoltorio» paradisíaco con la encina, el alcornoque, el cantueso o el tomillo puede no dejar entrever lo que conlleva en realidad una dehesa brava.
La finca La Zarzuela, lugar donde pastan los toros de San Martín y Carmen Valiente
En la finca La Zarzuela, pastan los toros de San Martín y Carmen Valiente, dos ganaderías con encastes bien diferenciados. Allí Alberto Manuel Hornos busca el toro que le llene como aficionado. La clase es la obsesión para este joven ganadero, sabe que tiene en sus manos dos ganaderías con una gran simiente, esa que ya le ha proporcionado tardes de alegría estos últimos años. La pandemia le sirvió para ahondar en sus ganaderías y darle una vuelta de tuerca a las mismas. Con esa ardua selección ha conseguido nuevos sementales, esos a los que ya se le están viendo los productos.
El de Carmen Valiente, un animal con un sello peculiar
Dejando a un lado los animales de la rama Santa Coloma, hoy vamos a centrarnos en el segundo hierro de la casa, el de Carmen Valiente, una ganadería con base Domecq, pero con un sello muy especial que le da otro de los encastes míticos del campo bravo. Todo empezó en 1983 cuando su familia se adentró en el campo de la ganadería al adquirir reses de procedencia Contreras, un encaste que llevaron en pureza hasta el año 2010, año en el que incorporaron vacas y sementales de Marqués de Domecq, una ganadería que por aquel momento estaba en proceso de disolución.
Al mezclar estas dos sangres acudieron a casa de Rafael Finat para adquirir sementales de Conde de Mayalde, una ganadería que años atrás había conseguido asentar su proyecto ganadero con la entrada de sangre Domecq a su vacada de Contreras. Un resultado que pronto vio sus frutos y que años después animó a Alberto Manuel Hornos a tomar el mismo camino. Tras más de diez años, este ganadero extremeño ha conseguido darle un sello diferencial a su ganadería.
Para este año en las estribaciones de esta preciosa finca pastan cerca de 80 animales entre toros y novillos, un número importante de animales que este ganadero dará salida en las plazas que gestiona, así como en festejos populares. Hace tiempo que sus toros dan un juego interesante en corrida de rejones, de ahí que no se le caigan los anillos a la hora de anunciarlos en este tipo de festejos. Un 2023 que se antoja ilusionante para un ganadero que defiende a capa y espada una ganadería familiar que pasa por uno de los mejores momentos de su dilatada trayectoria.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS