Tres cuartos de entrada registró el coso Monumental de la ciudad de Aguascalientes, en tarde de agradable clima, para el undécimo festejo y décima corrida de la CXCV Feria Internacional de San Marcos, una función en la que el peligro y la emoción estuvieron presentes pues los diestros encartelados salieron a darlo todo, a costa de su vida, con tal de obtener el triunfo, por lo que al final de cuentas el espigado Diego San Román, tras recibir una soberana paliza y gracias a su inquebrantable valor, logró cortar cuatro orejas y un rabo, éste último máximo trofeo protestado, pero, lo que dejó en el ruedo, ahí quedó. En tanto, Joselito Adame salió a defender el sitio y, a fe nuestra que, así lo hizo, sin reservarse nada, hasta tener que salir conmocionado del ruedo cuando ejecutaba un trasteo poderoso, aunque ya había cosechado un apéndice. Y el cacereño Emilio de Justo al cuajar una brillante faena que le valió una oreja.
Por la puerta de toriles salieron siete toros de la dehesa guanajuatense de San Miguel de Mimiahuápam, uno de ellos devuelto a los corrales por falta de presencia y, los demás, dejando mucho que desear en su juego, destacando, si acaso, el cuarto, siendo el más toreable.
Luego del paseíllo, se le rindió un merecido homenaje al maestro Ismael Rodríguez Negrete, por dirigir la banda de música del coso Monumental por más de 35 años.
Al toro que abrió plaza, el extremeño Emilio de Justo simplemente lo bregó. Con la muleta, comenzó doblándose suavemente y enseñándole al astado por donde embestir. Vinieron toreros derechazos, esmerados, luchando contra el viento y la inestabilidad del “socio”, por lo que el aguante fue factor relevante en su esforzada y firme faena. Por naturales, su “pelea” contra Eolo “fue de tú a tú” hasta superarse el torero. Mejor siguió con meritorios y atemperados derechazos. Manoletinas ceñidas para cerrar. Mató de pinchazo y tres cuartos de estocada para ser aplaudido en el tercio.
De Justo, a su segundo, llamado “Campirano”, tardo y corto, pero toreable, lo lanceó lucidamente a pies juntos. Tras el segundo tercio, los banderilleros Jorge Delijorge y Rachid Ouramdane “Morenito de Arles” se desmonteraron. Con la sarga, Emilio empezó doblándose para darse a torear por el pitón derecho con temple y dimensión. Así siguió lidiando, con hondura profundidad, pero al tomar el engaño con la izquierda cuajo pases de cadencia y calidad. Todo dentro del talento, mérito y oficio del torero. Le pisó los terrenos para seguir en ese plan técnico y artista. Acabó de estocada certera para hacerse de una oreja cuando bien hubiera merecidos las dos.
En su primero, protestado y débil, el local Joselito Adame nada hizo con el capote. Fue regresado entonces a los corrales y, en su lugar, salió otro de la misma divisa titular, “Muñequito”, para que Adame lo recibiera con chicuelinas y quitar mejor por caleserinas. Su labor de muleta, tras brindarle a José Ángel González Serna, titular del Patronato de la Feria, fue a base de saber esperarlo para lograrle pases empeñosos por ambos perfiles al deslucido y complicado burel, sobre todo, por el derecho, en tres importantes tandas y exponiéndole. Serie de pases de pecho y molinetes en un palmo de terreno para acabar de estocada honda y recibir una valiosa oreja.
Joselito en su segundo, dio una larga cambiada de rodillas en tablas y, de pie, lanceó a pies juntos, además de quitar vistosamente por zapopinas. Buena vara del piquero Isabel Prado. Con la franela, Adame inició doblándose, continuando con valientes derechazos aguantando las descompuestas embestidas, lo mismo que al natural, lado por el que le insistió más hasta lograrle dar tandas importantes. Y ya desengañado su antagonista, le sacó pases de derecha con calidad, evidente poder y mando hasta que, de manera inesperada, en uno de ellos lo prendió peligrosamente y cayó muy mal a la arena de cabeza, quedando conmocionado, totalmente inerte. Fue asistido y llevado a la enfermería para ser revisado, en tanto que, De Justo, pasaportó al burel al segundo viaje para ser aplaudido. Sin embargo, el público se asombró cuando por la puerta de cuadrillas apareció, ayudado por gente de su equipo de trabajo, siéndole tributada una emotiva ovación. De nuevo regreso a la enfermería para, luego, ser llevado al hospital donde se le harán todo tipo de estudios para descartar alguna lesión cerebral y en la columna vertebral, además de atendérsela una pequeña cornada en la pantorrilla izquierda.
El queretano Diego San Román en su primero, “Cobos”, veroniqueó valerosamente. Con la sarga, tras un cambiado y el de pecho fue cogido de fea manera. Se repuso y se dobló con el astado, siguiendo por derechazos valiente y quitándose los gañafonazos que le tiraba. Se metió en la cuna y de ahí saco pases de gran mérito, de mano baja, aguantando y, entonces, ser nuevamente cogido cuando intentaba una dosantina. Persistió en su afán por ese mismo lado hecho un jabato. Terminó de soberbia estocada entre gritos de ¡torero! para obtener dos orejas.
Y en el que cerró el festejo, “Hierbabuena” de nombre, San Román veroniqueó y ejecutó chicuelinas con torería. Su quehacer muleteril fue de poner a la gente al filo de sus butacas. Empezó vaciando por alto para después engarzar valientemente derechazos y naturales, con temple y mando. La faena fue tomando tintes de una intensidad alucinante pues comenzó a pisarle los terrenos y metido entre la cuna de los pitones se fue jugando la vida, logrando derechazos uno a uno y, en un palmo de arena, ligar el toreo en redondo de manera escalofriante, poniendo como “carnada” sus muslos, rascándoselos con los pitones. Vinieron luquesinas de un arrebato inusitado hasta cogido nuevamente. Fue toda una gama de toreo que asustó verdaderamente a la concurrencia. Se tiró a matar y dejó una estocada efectiva para recibir las orejas y el rabo, siéndole protestado el trofeo mayor y que terminó entregando a la cuadrilla para dar triunfal vuelta al ruedo y, al final, ser paseado en hombros.
FICHA DEL FESTEJO
Aguascalientes, Aguascalientes. Undécimo festejo y décima corrida de la XCXV Feria Internacional de San Marcos 2023. Entrada: Tres cuartos en tarde de agradable clima.
Siete toros de San Miguel de Mimiahuápam, uno de ellos devuelto a los corrales por falta de presencia y, los demás, dejando mucho que desear en su juego, destacando, si acaso, el cuarto, siendo el más toreable.
Emilio de Justo: Al tercio, una oreja y palmas en el que despachó por Joselito.
Joselito Adame: Una oreja y conmoción cerebral, con herida en la pantorrilla izquierda, regresando al ruedo para escuchar fuerte ovación.
Diego San Román: Dos orejas, una palizón y dos orejas y rabo, saliendo en hombros.