CAMPO BRAVO

El misterioso ‘lenguaje’ que sólo ha conseguido aprender el mayoral de Cuvillo: así responden los toros


jueves 28 marzo, 2024

Un reportaje del programa Toros para Todos nos enseña cómo manejar a los toros en un amplio cercado, en este caso en la ganadería de Núñez del Cuvillo.

Cuvillo Mayoral
Un toro de Núñez del Cuvillo para Sevilla y, a la izquierda, su mayoral. © P. G.

En tierras de Vejer de la Frontera, Conil de la Frontera y Medina Sidonia, a escasos kilómetros del océano Atlántico se encuentran las fincas “El Grullo”, “El Lanchar” y“Arenalejos”. Allí se encuentran las cabezas de ganado que posee en propiedad la familia Núñez del Cuvillo. Una explotación en vanguardia que lleva varios lustros encaramado en lo más alto, y por ende, anunciada en las mejores ferias y plazas de España y Francia.

En las cercanías de los municipios gaditanos antes citados se encuentran una amalgama de hierros y fincas legendarias que dan cobijo a este mítico animal, esos que se encuentran en una de las zonas más ganaderas de nuestra baja Andalucía, esa que dio cobijo a los toros de Juan Pedro Domecq —primero— y más tarde al hierro de Jandilla hasta que este viajó hacia tierras de Mérida.

Una Laguna de la Janda donde también pastaron los animales de la familia Mora Figueroa, así como los que criara el mítico hierro de Rincón con el que se marcaban —y marcan— a fuego los animales de Carlos Núñez, una divisa de gran vitola que está volviendo por sus fueros tras años de dura lucha y de apuesta por un tipo de toro muy definido, ese que durante muchos años ha sido el santo y seña de esta casa ganadera.

Una tierra que ayuda a afinar mucho al toro, unos pastos idóneos para la alimentación de las hembras y los becerros, esos que son los más mimados de la casa. Pero en “El Grullo”, finca principal de la casa hay un cercado donde un gran número de animales se rematan —sin hierba y con pienso— para su posterior lidia en la plaza. Hasta allí se fueron hace años los miembros del programa Toros para Todos para conocer más sobre su manejo.

«Esto son como los niños chicos, hay que llevarlos al colegio poco a poco para que no lloren, yo siempre todo ese ejemplo» comentaba el mayoral de la casa en aquel tiempo. únicamente con la voz los toros saben a donde tienen que ir, no hace falta gritos ni carreras, simplemente con la garrocha el animal sabe cual es su lugar en el cercado. Toca salir al corredero y algunos de los animales es la primera vez que lo hacen, de ahí que tengan que estar muy encima para que no se metan dentro de la manada.

Aquí todos los toros están juntos, de ahí que cada vez que toque sacarlos al corredero tengan que hacer esta labor. Los animales bravos son vagos por naturaleza, no les gusta hacer ejercicio, de ahí que alguno intente escaquearse para no tener que ir a correr. Gracias a la voz, el manejo del caballo, la experiencia del mayoral y las querencias los animales, estos acaban yendo a donde les indica Antonio.

Los animales seleccionados se quedarán en una parte del cerrado mientras que los otros comenzarán una jornada de ejercicio por el corredero. La paciencia es fundamental para andar entre los toros. Van aguantando a los toros con el cuerpo de los caballos, todo ha de hacerse despacio, con tranquilidad, rara vez dan una carrera. Así poco a poco van sacando a los toros, los conocen a la perfección tanto por los números como por su pelaje, saben de sus reacciones y comportamientos, de ahí que sepan como tratarlos y apartarlos a cuerpo limpio.