Con la subida del telón de la temporada y el paso de las primeras ferias del año se empieza hacer balance de lo ocurrido desde el comienzo de esta. Unas ferias donde el juego de los toros está siendo la nota positiva de un 2023 donde los ganaderos siguen mirando al cielo con la esperanza de un regalo del cielo para cerrar mayo. Un anhelo que muchos ven ya como una utopía debido al panorama reinante en nuestra querida Piel de Toro.
Hay en ganaderías que no llueve desde el pasado mes de febrero, y en otras que si lo hizo únicamente fue para quitar el polvo. El campo hace semanas que perdió ese color que le da la primavera para pasar al crudo verano. Las temperaturas superiores a los 30 grados acabaron por reventar la primavera. En ganaderías como La Palmosilla afortunadamente hay praderas de regadío donde los erales y utreros gozan de un paisaje primaveral, pero no deja de ser una gota en el desierto, un esfuerzo que hace su ganadero para su bienestar.
Por todo ello, la situación en el campo bravo se está volviendo insostenible. Tras unos años en los que podían subsistir a duras penas, la pandemia, una PAC que les dejaba poco, unos precios por debajo en la venta de los toros y ahora un ciclo de sequía están poniendo la puntilla a muchos de ellos. Pese a ello, muchos siguen luchando contra un sistema que les ha dado la espalda y unos políticos que se ponen de perfil y que solo acuden a sus fincas cuando las urnas se acercan.
Una sequía que se prolonga desde hace más de dos años y que está ahogando a unos ganaderos que siguen peleando por sacar adelante a sus explotaciones. En febrero del pasado año Salvador Gavira nos dio un dato desolador: «Normalmente en estos rincones de Andalucía suele llover cercano a los 1000 mm y han caído 150«, un desastre en toda regla que va a tener unas consecuencias importantes.
Sobre ese tema también tiene mucho que decir un ganadero como Victorino Martín, quien habló el pasado martes con los compañeros de El Mundo para diseccionar este problema que ya viene afectando a los ganaderos desde hace bastante tiempo. Una entrevista realizada por Zabala de la Serna, el cual consiguió que el ganadero extremeño pusiera sobre la mesa una problemática que tiene a muchos ganaderos con la soga al cuello.
«En estos momentos, de Salamanca para abajo ya no hay cosecha en ningún sitio. Todo el Sur de España está devastado. No va a haber forraje. Ya hay ganaderos que están echando de comer ante la carencia de pastos para alimentar a los animales, y algunos acarrean agua para darles de beber. ¡Esto en pleno mes de abril!«, le comentaba el ganadero afincado en Extremadura a Vicente Zabala de La Serna.
Una dramática situación que no es de ahora, sino que vienen arrastrando los ganaderos desde los tiempos del COVID: «Desde la pandemia no hemos parado. ¿Qué negocio puede aguantar dos años prácticamente sin ingresos pero con los mismos gastos? Y luego surge la crisis de los precios de los piensos, que empieza antes de que estallara la guerra de Ucrania. Ya estaban disparados. Pero la guerra es el remate».
Una situación límite que también le toca de cerca: «Aquí en Cáceres han ayudado con 7.000 euros por explotación. Por Castellón también se inyectó algo. Andalucía, algo más o menos”. ¿Qué medidas de urgencia habría que levantar? “Ayudas directas por número de cabezas. No hay otra. El precio de los piensos no puede intervenirse porque es mercado libre. Y en cuanto a forrajes, hay lo que hay. La alfalfa está intocable», comentaba Victorino Martín.
«¿Y cuál es el gasto de un toro?«, le preguntaba Vicente a Victorino. “Un toro se puede comer al día 7-8 kilos de pienso, y de paja 4-5 kilos. Y eso sin contar mano de obra y mantenimiento de la explotación. La paja se va a poner a precio de heno, y eso para el que la encuentre. Y el precio del toro en el mercado taurino sigue parado desde hace 20 años. Aquí la mitad de los ganaderos desapareceremos. El que sea un hombre rico, con ingresos que vienen de otras actividades, como El Parralejo, se mantendrá. A 20 pelas la paja, les da igual. Los que dependemos del campo nos extinguiremos«. Sin duda una respuesta que deja a las claras lo mal que lo están pasando, unos ganaderos que tiran de ahorros para capear este larguísimo temporal..