JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
De aquellas ya lejanas declaraciones en las que Ricardo Gallardo justificaba, en septiembre de 2013, la alarmante bajada de rendimiento que experimentaban sus toros por el pienso de maíz hasta este 2018 han pasado casi seis años. Más tiempo del necesario para criar un toro de lidia y también más del necesario para formar los animales que hoy vio Valencia. Porque el toro que corre mucho le sale hasta al más simplón…
Fueron Bayona, Ciudad Real, Bilbao y Dax las entonces damnificadas de una situación que, ahora, experimenta un polo totalmente contrario: el de irse del punto Jandilla que es origen del hierro y que han sufrido tres toreros que necesitaban puntuar en la primera de primera por sus dispares situaciones. La consolidación de un Bautista mandón en las Galias, la resurrección de un Luque en trances de recuperación y el hambre entregada en busca de la espada de José Garrido.
La espada le falta a este último para conquistar todas las plazas que en el 16 fueron puntal joven de la Fiesta, que en el 17 pasaron de reivindicación a realidad consolidada y que en este 18 tienen la obligación de erigirse como escenario fundamental para su carrera. Porque estuvo en ese sexto seguro, consciente, ambicioso de lo que tenía por delante y no se alivió en ningún momento ante el obús que iba y venía delante de sus cejas.
El compás abierto al natural, la mano baja en cada muletazo a zurdas, el morirse de toreo en los remates de cada serie y la firmeza a la hora de plantear el cite. Y tuvo incluso gracia su encaje ante la guasa de lo que tenía delante, la misma que tuvo el palco no concediendo el doble premio tras el estoconazo y sí haciéndolo en el cuarto del lunes de Fallas.
Tuvo Garrido capacidad en esa faena para gobernar la arrancada explosiva, para acompañar el sentimiento con la que vuela a la ingle, para meterse en terrenos de la chispa de Gallardo y para imponer su mayoría absoluta a base de tragar quina. Justo ahí, el empleo del bicho y el temple del extremeño se conjugaron en un momento mandón para ralentizarle los bríos al toraco embestidor. Y fue entonces cuando Valencia captó lo que quiere en este 2018 el pacense. Porque muerde su alma inquieta el futuro en los lances que su apoderado le ofrece para agarrarlo por las manos con tardes así, en las que no se le escapa a José ni una para conseguir lo que quiere.
El doble garbanzo negro de la dura corrida lidiada este jueves se fue a la manos de un Bautista que es manda en su país, que cruza los Pirineos para demostrar lo que allí hace vibrar y que se topó con lo que hoy Valencia vivió en todos los morros. Y eso que está acostumbrado Jalabert al cárdeno, porque se pasa por la bragueta al santacolomeño y al que no lo es… y si no que se lo pregunten a una Madeleine que todavía está pegando saltos con el rabo al de La Quinta.
Pero hoy su lote no regaló nada. El gusto en los remates y el trazo a diestras cuasi magistral frente al primero fueron toreo callado por la condición de abreplaza de su oponente. Luego, el duro cuarto fue tónica de la actualidad de un hierro que mucho tendrá que cambiar para conseguir la élite que encontró años atrás.
Estructura le faltó al doble trasteo de un Daniel Luque en recuperación, al que la oreja del 12 de octubre en Madrid dio la vida necesaria para seguir navegando sin naufragio pero tampoco sin ver la costa en este negocio del toreo una temporada más. En el segundo, a sones de Tercio de Quites ejecutó su faena Luque a un animal en el que basó su primera parte del trasteo por la mano derecha… hasta que un extraño del de Fuente Ymbro le hizo probarlo a zurdas. El aire hizo lo demás.
Lo que queda claro es que hoy los seis de Fuente Ymbro no sirvieron ni para triunfar ni para el toreo. Porque para la conjunción perfecta se precisa clase, calidad, entrega y celo, codicia y bravura. Pero de eso no tuvieron ninguno. Que es bou lo que pide la calle valenciana, pero no una plaza con la que Gallardo no puede sacar hoy el pecho a volar.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia. Sexta de la Feria de Fallas. Corrida de toros. Menos de media entrada.
Seis toros de Fuente Ymbro.
Juan Bautista, silencio tras aviso y silencio.
Daniel Luque, ovación y silencio.
José Garrido, silencio tras aviso y oreja.