A colación de la polémica suscitada días atrás por la ocupación del Palco Real por parte de los presentadores y cámaras de los Informativos de Telemadrid, Rosario Pérez, compañera de ABC, escribió un acertado artículo sobre la ocupación de ciertos espacios sagrados en una plaza de toros. Al igual que gente de paisano no debe pisar el ruedo con un animal en el mismo, tampoco se debe ocupar un espacio como el citado Palco Real para según que cosas, por mucho que estas tengan como objetivo hacer un guiño a la fiesta más maravillosa del mundo.
A muchos aficionados, incluso algunos miembros del consejo taurino, les pareció una falta de respeto absoluto la ocupación del Palco Real por todo ello que simboliza. Un palco que este año aún no se abrió, y que a día de hoy no sabemos si llegará hacerlo durante la Feria de San Isidro, más si cabe cuando la corrida de La Beneficencia está colocada fuera del propio serial. Lo único claro es que el mundo del toro tiene unas liturgias muy marcadas, unos símbolos que deben respetarse, por ello muchos aficionados sintieron como una falta de respeto que determinadas personas utilizaran ese lugar como un espacio más de la plaza cuando realmente no lo es.
Espacios había en la Monumental de Las Ventas para haberle dado boato a los informativos sin ocupar un lugar reservado para la Casa Real. La última vez que se abrió ese palco fue en la pasada corrida de la Beneficencia, antes ya lo había ocupado en 2019. Su padre, desde que no ejerce las labores de Rey y si de Emérito, ha estado ocupando un lugar en el palco de toriles, un sitio cómodo y de fácil acceso alejado de los focos del palco.
Don Juan Carlos, que cada vez que viene a Las Ventas recibe un baño de cariño y ovaciones, está siguiendo la Feria de San Isidro a través de la televisión desde su residencia en Abu Dabi, según remarca ABC. Porque Don Juan Carlos sigue pendiente de la tauromaquia desde Emiratos Árabes pese a los miles de kilómetros que separan España del país árabe. Una afición heredada de su madre y de la que han tomado el testigo su hija Elena, los hijos de esta.
Según cuenta la propia Rosario Pérez, «Don Juan Carlos estaría encantado de volver a Madrid por San Isidro, pero sabe que pondría al mundo del toro en los focos de los abolicionistas con su presencia, de ahí que prefiera —por el momento— mantenerse fuera de los focos».«Le encantaría venir«, narran en las líneas de ABC. Y no hay tarde que algún aficionado no pregunte eso de «¿qué día viene el Rey?». De momento, quien rara vez falta es Victoria Federica, heredera de la afición de su abuelo, de su madre y de su bisabuela, que al igual que su hijo nunca escondió su amor por el mundo del toro.