Este lunes tuvo lugar en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid un festejo muy especial que sirvió como presentación en público —en dicha plaza— del becerrista salmantino Marco Pérez. Fue en formato clase práctica y en horario matinal, congregándose en los tendidos venteños miles de aficionados venidos de varios puntos de nuestra piel de toro. Un festejo en el que saldría en hombros tras torear a tres erales de la divisa extremeña de Jandilla.
Varios fueron los detalles que llamaron la atención, desde la ubicación de la presidencia en un burladero del callejón y no en su palco habitual, hasta la concesión de orejas simbólicas tras la lidia de los animales. Por ello quisimos indagar sobre este tema que ya llamó la atención en redes sociales en el día de ayer. Según el reglamento taurino de la Comunidad de Madrid, en una clase práctica no debe figurar la presidencia, y, por tanto, no deben darse orejas, de hecho, la ‘presidencia’ la ejerció el delegado desde el callejón de la plaza.
Por tanto, al impedir el reglamento el corte de orejas, éstas fueron simbólicas, es decir, disecadas. Si nos fijamos en las fotografías o en el vídeo difundido por Plaza 1, los animales lidiados fueron de pelo colorado, mientras que las orejas eran negras. 2¿Alguien sabría decirme por qué, si Marco Pérez ha matado 3 novillos coloraos hoy en las Ventas, las 4 orejas son negras? Es que me llama poderosamente la atención«, preguntaba un aficionado en Twitter, recibiendo una contestación similar a la expuesta por este medio en el párrafo anterior.
¿Alguien sabría decirme por qué, si Marco Perez ha matado 3 novillos coloraos hoy en las Ventas, las 4 orejas son negras? Es que me llama poderosamente la atención. pic.twitter.com/bTjuffGPxY
— Un taurino más (@Un_taurino_mas) May 15, 2023
«Toda la mañana fue un deleite«, nos contaba nuestro compañero David Jaramillo en su crónica este lunes. Una mañana donde los erales de Jandilla fueron aumentando su exigencia (y corpulencia) del primero al tercero, y Marco no sólo lo solventó con una capacidad pasmosa, sino que aquello pareció fácil, como si no le costara, como si ya hubiera superado este tipo de retos desde hace un par de vidas.
Un festejo que tuvo en su prólogo un momento muy especial. Al finalizar el paseíllo, Marco Pérez fue obligado a saludar una ovación. Los alumnos de la Escuela de Tauromaquia ‘Yiyo’ cumplieron con las labores de cuadrilla. La presidencia ocupó —como contamos anteriormente— un burladero en el callejón y no su palco tradicional, saliendo a hombros el joven salmantino por la puerta grande rodeado de niños. Una mañana donde Las Ventas se llenó en más de dos tercios de entrada para ver una clase práctica.