CAMPO BRAVO

Un toro de Torrehandilla ‘la monta’ ante una valla y el mayoral lo calma así


domingo 28 mayo, 2023

Las querencias de un animal bravo, muchas veces, ponen en serios problemas a vaqueros y mayorales a la hora de intentar cambiar a los toros de cerca, como así muestra este ejemplar del hierro sevillano de Torrehandilla.

Toro Torrehandilla
Un toro bravo en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Como ya hemos contado en varias ocasiones el toro bravo es un animal jerárquico y nada fácil de manejar cuando se avecina tormenta. En la ganadería sevillana de Torrehandilla-Soberbina bien saben de eso, pues en el momento en el que el programa Toros para Todos grabó este reportaje ya habían tenido varios problemas con este toro y sabían que si no cortaban de raíz su mal comportamiento, este podía campar a sus anchas imposibilitando que el mayoral entrase en su cerrado.

Desde hace décadas, los ganaderos de bravo llevan implementando mejoras en sus fincas que ayuden a la posterior lidia del toro en la plaza. Francisco Sánchez, mayoral de la casa, intenta reconducir a un toro aquerenciado para que se una a sus hermanos y así trasladarlos a una parte de la dehesa que no esté seca por los calores del verano. Pero el toro se niega, no quiere ir hacia donde le mandan y vienen los problemas.

En el campo bravo siempre hay animales que se salen del guion, es decir, que pese a la nobleza reinante sacan a relucir su comportamiento altivo y arrogante. Aquí encontramos a un animal que no acepta que se le maneje como al resto de sus hermanos, se arranca y es peligroso, de ahí que esté solo y apartado en la parte más alejada de su cerca. Es un lugar llano, sin arboleda, de ahí que tanto toro como caballista tengan espacio para galopar si se desata la tormenta.

Este es un toro que no tiene relación alguna con sus hermanos; es más, cuando el mayoral intenta hermanarlos, éste no quiere saber nada y se va junto al vallado, lugar donde tiene la querencia. Allí se refugia, se siente protegido y no quiere saber nada de nadie. El toro mide mucho, obligando al mayoral y a acortar las distancias con la peligrosidad que ello conlleva. Pese a tener una alambrada por delante eso no es problema para un astado que está caliente y con ganas de pelea.

Una grabación que vuelve a sacar a relucir el carácter de determinados animales cuando se le impone algo. En esta ocasión el vaquero andaba dentro de la cerca intentando reconducir al toro, mientras que el mayoral se encontraba al otro lado de la alambrada intentando que el astado no se saliera de su cercado. Momentos de tensión que también se palpaban en el comportamiento de un caballo que aguantó en todo momento los intentos de arrancada de un ejemplar que nada fácil en el trato.