Siempre hablamos del desconocimiento que tienen muchas personas sobre el toro bravo en el campo. Aunque a campo abierto su comportamiento pudiese parecer pacífico, nunca hay que fiarse de sus reacciones. Este tipo de animales están continuamente midiendo sus fuerzas, buscando destronar al líder o en su caso proteger aquello que se ganaron tiempo atrás. El toro bravo es jerárquico por naturaleza, de ahí que la intromisión de nuevos compañeros en el cercado o la llegada de personas ajenas a él provoquen ciertas reacciones en ellos.
El cambio de tiempo, la entrada de nuevos hermanos en el cercado, el olor a vaca en los corrales cercanos… todo influye para que se encienda la mecha. Algo así pasa en este vídeo en La Quinta; una batalla entre dos astados que acaba desencadenándose en una batalla brutal a la que se suma un tercero que decide la pelea que dirimirá, quien se alza con el liderazgo de una manada que siempre estará alerta a posibles rebeliones.
El problema no radica tanto en un enfrentamiento uno contra otro, gracias a las fundas no hay cornadas, pero sí puede haber rotura de huesos o hernias cuando el golpe es certero. El problema real viene cuando entra un tercero en discordia que siempre ataca por la espalda para desestabilizar el líder, ahí es cuando el enfrentamiento se pone serio de verdad. Para evitar posibles bajas se antoja fundamental la presencia de los vaqueros para tranquilizar a los toros, pero muchas veces ni su presencia calma la sed de pelea que tiene los animales.
Aquí ‘Secretario’, uno de los animales de la camada de cuatreños, se ha visto envuelto en una pelea con sus hermanos de camada y anda aún lesionado. Se muestra remiso a abandonar el cercado para dar paso a las hembras, algo que provoca un momento de gran tensión con los caballistas que intentan apartarlo. Su querencia está junto al arroyo, lejos de sus hermanos, de ahí que no está cómodo con la presencia de los vaqueros junto a él. El animal se arranca a todo, es imprevisible, de ahí que los miembros de Toros para Todos tenga que tener especial cuidado con él.
“El animal anda con la pata partida y anda cabreado, de ahí que en cualquier momento se pueda arrancar sin previo aviso” le comentaba Pepe Martínez Conradi a Enrique Romero. El toro lleva un par de meses con la pata partida, poco a poco va recuperándose para —al menos— poder tentarlo en la plaza de tientas a puerta cerrada. Antes era un animal noble, pero tras la paliza se ha vuelto arisco debido a su salida del grupo. Y así fue, el toro, sin previo aviso se arrancó hacia el 4×4 donde se encontraban los cámaras.
Gracias a la rápida intervención del ganadero se evitó que el astado llevase hacia el lugar donde se estaba grabando. Poco a poco, Pepe fue sacando al toro de esa zona hasta llevarlo a otra parte del cerrado. Tras el susto era el momento de trasladar a las vacas de tentadero hacia un lugar más fresco y cómodo de la finca para pasar el verano.