El novillero gaditano Christian Parejo selló, el pasado miércoles en Las Ventas, una tarde de máxima firmeza con sus dos novillos de Los Maños; el primero, duro y complicado y el segundo de su lote un animal noble y que se dejó robarle cuatro series.
Tras ello, Parejo responde a las preguntas de Cultoro como valoración en conjunto de su presentación en el coso venteño, al que quiere regresar pronto antes de su alternativa el próximo mes de agosto en Béziers al lado de Sebastián Castella y Andrés Roca Rey. “Valoro el conjunto como una tarde especial. En el primero creo que no me aburrí ni por el viento ni por las embestidas del novillo. Intenté sacarle lo que tenía. No regaló ni una porque salía desentendido de los engaños”, explica el joven.
Así narrábamos en nuestra crónica ese animal: “En el tercio, propuso el novillero de Chiclana un inicio por estatuarios, siendo arrollado por el de Santa Coloma y librándose del percance de manera milagrosa. Se recompuso y dejó unos estatuarios muy ceñidos para después ponerse por el izquierdo, por donde el de Los Maños desarrolló sentido y malas ideas, buscando en todo momento echar mano al novillero en cualquier error. A todo ello se unía el viento, que soplaba y mucho en los terrenos en los que se desarrolló el trasteo. No se amilanó Parejo, que exhibiendo un tremendo valor, se puso delante, se quedó en el sitio e intentó sacar uno a uno algo que era imposible. Se jugó el tipo el chiclanero ante un animal muy orientado, que pasaba siempre sabiendo lo que dejaba atrás, y logró robarle naturales de mucho mérito por la condición de su oponente. Cuando se fue a por la espada, enterró el acero de forma habilidosa tras varios pinchazos”.
El segundo fue “un buen novillo de Los Maños con nobleza y obedecía, pero se apagó un poco pronto. Si entra la espada hubiese sido otro cantar”, explica el joven sobre el animal. Así lo narrábamos en nuestra crónica: “Muy quieto se quedó Christian Parejo en el inicio de faena a pies juntos, en el que volvió a demostrar que anda sobrado de valor. Después, buscó el pitón derecho del novillo para cruzar la raya, adelantar la pierna de salida y proponer muleta a un animal que siempre llevó la cara a media altura. Lo intentó empapar de franela para ligar y encontrar eco en el tendido, pero la condición del animal dificultaba la tarea. Aún así dejó Parejo una faena importante, en la que siempre estuvo en el sitio y que remató por manoletinas muy ajustadas. Enterró el acero al segundo intento y se atascó con el descabello”.
Con Madrid de nuevo en mente
Por delante, Parejo tiene una novillada de Monteviejo en Vic-Fezensac y cuatro festejos más en tierras galas antes de la alternativa. Y sueña con regresar a Madrid: “Tengo la esperanza de poder torear en Madrid antes de tomar la alternativa de nuevo. Estoy por tanto deseando volver a pisar Madrid para mostrar la verdad que llevo dentro”, señala. Y va más allá: “Quiero ser torero de esta plaza”.