Este miércoles, muchos aficionados al mundo del toro han conocido una triste noticia que ha dejado un vacío enorme en todos ellos. Se trataba del fallecimiento de unas de las aficionadas más longevas que quedaban en la plaza de toros de Las Ventas. Con el fallecimiento de Laura Jurado López a los 95 años de edad, se va un trocito de la primera plaza del mundo, una aficionada cabal y entregada a esos toreros que durante tantos años vio desde su tendido 3.
Uno de esos aficionados que ha sentido su pérdida ha sido el matador de toros valenciano Román Collado, el cual tras conocer la terrible noticia quiso dejar un mensaje en sus redes sociales: «Seguiremos escuchando tus Oles desde el cielo«. Un texto que iba acompañado de un corazón negro y una fotografía en la que se ve al espada nacido a orillas del Turia junto Laura tras el percance sufrido por el torero valenciano en Las Ventas.
Una noticia que ha dejado un profundo vacío entre gran parte de la afición, esa que quiso darle un último adiós a una de las aficionadas más queridas que han pisado Las Ventas. «Gran aficionada y Gran mujer D.E.P.” escribía Iván Garcia Marugan o “A cuántos toreros iba a visitar después de un percance en Madrid. Daba igual el nombre, todos eran para ella igual. Qué gran persona. La entrada del patio de cuadrillas ya no será igual. DEP«. publicaba en su red social David Fermo. Dos ejemplos de los muchos masajes que recibió Román tras la publicación de este tuit.
Seguiremos escuchando tus Oles desde el cielo. 🖤 pic.twitter.com/GREnJNxCmQ
— Román Collado (@RomanCollado) May 31, 2023
Pero hubo aficionados que llegaron más allá: «Deberíamos guardar un minuto de silencio por ella en el día de hoy en Las Ventas. Afición desmedida y sincera. Desde arriba lo agradecería mucho«, escribía en Twitter Alejandro Agustín.
Hoy será una tarde donde no se escuchará su entrañable “olé”, ni sus mensajes de cariño hacia todos esos toreros que pasaban junto a ella allá en el tendido 3. Se ha ido para siempre uno de los personajes más queridos de esa Madrid taurina que poco a poco va perdiendo su sello de identidad con la llegada de nuevas generaciones.