Si hay a un torero al que la frase «la única lucha que se pierde es la que se abandona» le viene como anillo al dedo, es al murciano Paco Ureña. Un matador de toros que ha sufrido en sus carnes la dureza de la profesión, pero el cual gracias a su capacidad de superación y su fortaleza mental ha conseguido revertir esa situación. Es verdad que no vive un momento de vino y rosas, como se suele decir, pero sí ha conseguido volverse a subir al vagón de la temporada.
Una temporada donde únicamente lleva cuatro festejos toreados, dos en Valencia por Fallas y otros dos en Madrid por San Isidro. Cuatro compromisos de máxima exigencia donde consiguió cortar dos orejas a toros de Montalvo y Victorino Martín, una en la capital del Turia y otra en la primera plaza del mundo. El de Murcia, máximo triunfador de 2019, vio como la pandemia le cortaba de raíz la temporada más importante de su carrera, y posteriormente las grandes empresas lo dejaban fuera de sus ferias.
Por eso, y pese a todas esas dificultades, ha emergido un torero distinto, un espada que sabe que no debe mirar más allá del próximo paseíllo, porque de lo contrario pueden aparecer nuevamente esos fantasmas que tanto daño le hicieron. Por eso Paco valora tanto lo conseguido en Madrid, solamente él y sus más allegados saben de la dificultad del camino, de las piedras que se encontraba en el mismo, por eso la tarde de Madrid se saborea de una forma especial.
Con la paliza aún en el cuerpo, pero la satisfacción de saberse ganador llegaba al hotel en un vídeo que si hizo viral en las redes sociales. Ureña sabía que su entrega había sido total ante una corrida exigente, pero agradecida del hierro de la A Coronada, por ello se encontraba feliz tras lo conseguido. Por eso no quiso dejar pasar la oportunidad y agradecerle a la afición todo el apoyo mostrado durante este tiempo.
“Gracias, sois vosotros, los aficionados, los que conseguís llevar a un torero a este punto. Gracias, también, a que ese pitón no hizo carne y pude llegar al final del propósito. Gracias, aficionados. Podemos seguir. Y cada día somos más. Gracias”, escribía en sus redes sociales en el día de ayer. Un texto que iba acompañado de una foto —en blanco y negro— de Alejandro Lara una vez cruzaba el ruedo camino del patio de cuadrillas.
Y volvemos a la cita del comienzo, porque Paco nunca abandonó la lucha que se había ganado con su espada y su muleta, porque todo lo que ha conseguido ha sido gracia a él. Dicen que “el torero no tiene memoria” pero más que eso aquí lo que falta es “paciencia”. Ureña sigue su camino, ese que se marcó a sangre y fuego hace años. Un torero que ha pagado caro el peaje por querer ser respetado en una fiesta que demasiadas veces le da la espalda a aquel que no se lo merece. El camino aún es largo, pero para llegar al lugar que se sueña los peldaños deben subirse de uno en uno.
Gracias, sois vosotros, los aficionados los que conseguís llevar a un torero a este punto.
Gracias, también, a que ese pitón no hizo carne y pude llegar al final del propósito.
Gracias, aficionados. Podemos seguir. Y cada día somos más. Gracias.
📷 Alejandro Lara pic.twitter.com/XtTPuZHfTU
— Paco Ureña (@UrenaOficial) June 5, 2023