Tarde ventosa en las fiestas de San Bernabé de Arenas de San Juan, la gente fue a divertirse y lo consiguió con distintas fases por la variedad del cartel y el juego desarrollado. El ganado de Martin Lorca se prestó a ello, tuvo romana y transmisión, con un público que dentro de su diversión supo apreciar y mucho lo que sucedió en el ruedo.
Manuel Jesús El Cid volvía cerca del sitio en el que dejó La Mancha (su última corrida fue en Consuegra) y dejó hoy en sus dos oponentes dos lecciones magistrales de torería con un repertorio exquisito lleno de templanza y mando, la suavidad de sus telas el llevar hasta el final las suertes y rematar los de pecho volcándose. Si a eso añadimos la espada, el premio según el barómetro presidencial estaba claro, los máximos trofeos de sus dos enemigos. Brindó Manuel al ganadero José Carlos, que debería haber visto cómo a alguno de sus animales le daban la vuelta al ruedo. Cuatro orejas y dos rabos para el de Salteras que si está a ese tono, ozú los que nos puede albergar en su vuelta.
Grata sorpresa me llevé con Rocío Romero, la cordobesa que tanto promete y atisba esperanzas hoy dio fe de esas que le esperan. Cortó un rabo por una labor pulcra, tesonera de exponer y ligar con criterio, con templar, parar y mandar, cánones de esta tauromaquia nuestra, gustó al público, el carretón debe trabajarlo más, dos entradas feas por la caída del estoque y acierto con el verduguillo para pasear un rabo lleno de felicidad.
Mario Sotos torea todos los fines de semana y debe dejar notarse en un festejo de esta índole, estuvo bien pero faltó rotundidad porque hubo material para ello, sin duda los doblones de inicio lo mejor y el toreo en redondo, la espada dejó que desear, mermando los trofeos con la facilidad que había en el palco, otras dos orejas cortó de su segundo un torero al que le hacen falta triunfos rotundos y garantía de futuro.
Al sevillano Alexis Navarro está claro que le faltó plaza para desarrollar su labor, pagó en exceso el novillo el rejón de castigo bajo que le hizo sangrar en exceso parándose en muchas fases, clavó a grupas pasadas en dos ocasiones y de frente y pecho una, no hubo toreo a dos pistas por la imposibilidad del ruedo, mató mal y fue cariñosamente premiado con una oreja.