LAS VENTAS

Roca Rey sufre una espeluznante cogida por el pecho en Las Ventas


domingo 11 junio, 2023

El peruano fue prendido por el sexto toro de la tarde de Victoriano del Río y en un gesto de gallardía prosiguió la faena.

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El diestro Andrés Roca Rey ha sufrido una espeluznante cogida por el pecho por parte del sexto toro de Victoriano del Río en la tarde de este domingo 11 de junio en la plaza de toros de Las Ventas, dentro de la corrida In Memoriam en homenaje a José Cubero Yiyo en la que ha toreado junto a El Juli y Alejandro Talavante.

El animal lo prendió de feisima forma en el ecuador de la faena al sexto, un toro de emotiva arrancada pero difícil embroque y que en uno de ellos lo prendió. Rápidamente fue atendido por sus compañeros y prosiguió su faena, en la que tiró de agallas y plena valentía para seguir gobernando la embestida del animal y hacerse con él. Finalmente el acero emborronó un premio pedido de forma unánime por el tendido pero que el palco denegó.

Así fue la obra a este sexto toro

Decidido salió Roca con el sexto, al que saludó con un buen conjunto de verónicas acompasadas y un recorte a una mano muy jaleado por el tendido. Además, «accedió» a dejar al toro más largo de lo que hubiese querido en el primer puyazo, cuando escuchó las voces de los de siempre pidiendo distancia. El toro acudió buen al caballo y peleó bien, aunque en el segundo encuentro la puya le abrió un feo ojal en la piel. Los estoicos estatutarios del comienzo de muleta atemperaron el ímpetu inicial del toro que, ya en los medios, mutó esa empuje en genio y protestas cada que el peruano le obligó por abajo, más firme que nunca. Y los de siempre, a lo suyo. En una salida de la cara del toro, Andrés les pidió silencio y respeto. La plaza reaccionó a su favor y los censores, cabreados, enconaron sus protestas. Era evidente que el toro nunca venía entregado, y tras una serie importante del peruano, echó la cara arriba en un pase de pecho y se llevó a Roca Rey entre los pitones con una violencia inusitada. Volvió Andrés a la cara del toro sin inmutarse y dejó, quizás, la tanda más rotunda de derechazos que ha dado en toda la feria. Soberbia. Lo suficiente para salir y hacer un desplante a sus críticos, cosa que no le perdonaron. Y la espada se fue a los bajos, entrando al segundo intento. La oreja se pidió con rabia, pero el presidente no accedió (irreglamentariamente), dejando el premio en una aclamada vuelta al ruedo.

Una firmísima faena al tercer toro por parte de Andrés

Al más alto (que los anteriores) tercero le protestaron una cara menos imponente. El toro sorprendió a Roca Rey (vestido en homenaje a Yiyo, con un eterno igual a con el que le amortajaron) llegando cruzado al primer envite capotero y deslució todos el saludo. Además, derribó en el primer encuentro y cumplió sin más en el segundo con el caballo. El cambió (los, porque fueron hasta tres) por la espalda en los medios conectó al peruano con n los suyos, porque ya lo todo Madrid está de su parte. Y eso que Andrés, herido el jueves, hizo un esfuerzo titánico para estar aquí. Le afearon todo. Es cierto que Roca Rey, quizá queriendo demostrar lo que no necesita, imprimió demasiada intensidad a un toro que en las primeras series, requirió más dulzura, pues todavía tenía fuelle y calidad para un toreo más profundo y cadencioso. Lo entendió el torero, que por derechazos, cuajó una serie rotunda y las que siguieron, de gran dimensión. Toro y torero se encontraron y la exigencia, todo por abajo, le pasó factura al toro, que entregó la cuchara. Entonces vino el arrimón de Andrés, donde se siente tan cómodo, con los pitones rozando la taleguilla y cambiando el viaje por la espalda entre el «Ay» y el «Olé». La plaza estaba loca. Y el espadazo, trasero, obligó el uso del descabello, dejando el premio en una oreja.