El hierro de Juan Manuel Criado es, sin duda, uno de los de mayor solera de campo bravo extremeño. Es una ganadería que fue formada por don Esteban Sánchez Martín de Valverde en 1941 con reses de don Lorenzo Rodríguez (Gamero Cívico). En 1960 fue adquirida por los hermanos Martín Aparicio, agregándole posteriormente animales de don Juan Antonio Álvarez (Contreras) y sementales del mismo origen.
Tras sucesivas pruebas decidieron eliminar la sangre Gamero Cívico para apostar por la de Contreras, variando el hierro y pasando a anunciar la nueva vacada a nombre de “Carreros”, que fundara su abuelo en 1880. Desde los años 80 en adelante fue notablemente reducida, pasando en 1993 a ser propiedad exclusiva de don Juan Carlos Martín Aparicio. Sería en 1994 cuando Juan Manuel Criado, S.L. adquiere los derechos del hierro, variando el mismo, así como la señal de oreja y la divisa.
Tras eliminar el poco ganado que tenía de procedencia, Contreras decidió apostar por la sangre Domecq, formando la ganadería con la mitad de la vacada de don Luis Algarra Polera, adquirida por compra mediante sorteo. De ahí en adelante la apuesta ha sido mantener el tipo de toro de esta procedencia y darle el toque que sentía como ganadero. Tras años de lucha y selección consiguieron tomar antigüedad en la primera plaza del mundo el 15 de agosto del 2001.
La finca “Coto Mayor de Vera”, situada en el término municipal Mérida, fue adquirida por el salmantino Juan Manuel Criado en 1987, el cual la adecentó y la preparó con mimo para dar cobijo al ganado bravo que entraría posteriormente. Este es el cuartel general donde se sigue moldeando un tipo de toro con una personalidad propia. Una vacada de origen Algarra que lleva dando triunfos desde hace muchos años y que poco a poco va consiguiendo los objetivos marcados.
Actualmente ejerce como representante de la misma Carlos Criado, hijo del ganadero, el cual sigue buscando ese tipo de toro que le llene plenamente. Una vacada que en los últimos años ha estado apartada del circuito, puliendo el toro del futuro, ese con el que sueñan volver a las ferias. Un animal que podemos conocer gracias a las redes sociales de la ganadería y a los vídeos en TikTok de Jonh Jairo.
En una de sus últimas publicaciones conseguimos ver al toro desde un lugar único. El campo está embarrado debido a las últimas lluvias que le han vuelto a dar un color especial a la dehesa. El mayoral y los vaqueros corren una espectacular corrida como preparación de cara a un futuro compromiso -previsiblemente en Bayona-. Los toros vienen jadeantes, muchos con las babas en la boca, y ahí es el momento para filmarlos. Tras una puerta junto al corredero, ese es el lugar indicado para captar los sonidos del toro y sus reacciones.
Las imágenes son espectaculares, la cámara está colocada en un lugar estratégico, un sitio donde la reacción de los toros es imprevisible. Al venir con la inercia y encontrársela prácticamente de frente, los toros no se vuelven, sino que o bien se quedan mirándola o dan un salto para continuar con la carrera. Las visitas se han multiplicado gracias a esta publicación, unas imágenes impactantes que se volvieron virales.
Más de 38.000 reproducciones ha tenido el vídeo en menos de tres días, amén de los 1521 Me Gusta y 6 comentarios que obtuvo por parte de sus seguidores. Un vídeo que también ha sido compartido más de 79 veces en dicha red social, algo que da muestra de la relevancia que han tenido estas imágenes tanto para sus seguidores como para los usuarios de esta red social. Una cuenta que acerca el campo bravo al mundo digital, ese donde cada vez gana una parcela más grande el mundo de la tauromaquia.
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