Ser ganadero de bravo va mucho más allá de ser un simple criador; ese nombre tiene detrás una gran responsabilidad por continuar el legado que tomaron de sus ancestros. Aquí los tiempos son fundamentales, el saber cuándo poner o quitar un toro de las vacas, algo que es clave para un ganadero, ese que debe estudiar a la perfección que vacas casan mejor con un semental, algo nada fácil al partir muchas veces de cero.
Ese es el caso de Victorino Martín García, un ganadero que lleva muchos lustros apostando por un tipo de toro que ahora es un referente. Una casa ganadera donde la exigencia nunca se ha negociado, es más, esta es una ganadería donde la familia Martín ha tenido claras tres cosas: Se cría un animal para el aficionado, la humillación es básica para el toro que buscan y los animales deben transmitir miedo —en el buen sentido de la palabra— y no ternura.
Victorino es un hombre que siempre tiene en la cabeza la figura de su padre, un ganadero que llevó a la élite a una vacada que estaba abocada a la desaparición. Victorino siempre aceptó los consejos de su padre, incluso cuando este no llevaba el mando de la ganadería por problemas de salud. El camino ya estaba trazado, y la búsqueda del toro total estaba cada vez más cerca, ese que encontraron en la figura de Cobradiezmos.
«Cuando ‘Cobradiezmos’ muera, será disecado y entregado a la Real Maestranza, aunque espero que tarde mucho en venir«, se expresó entre risas el ganadero extremeño en un acto donde también tuvo palabras de agradecimiento el propio torero de Gerena, Manuel Escribano: «Aquella tarde, sin ti, nada hubiera sido posible Victorino Martín«, le comentó el ganadero afincado en tierras extremeñas a su buen amigo Escribano.
Pero en esta casa hay más toros importantes, otros sementales que tienen muy esperanzado a su ganadero. Ese es el caso de ‘Director’, un animal de grandes hechuras y no peor reata que se ha llevado todo el invierno y parte de la primavera cubriendo un importante lote de vacas, premio que se ganó hace años demostrando en el ruedo esas virtudes que busca su ganadero. Es un semental del que tienen depositadas muchas esperanzas sus ganaderos, ya que viene de una línea que buscan seguir consolidando gracias a este animal.
Un semental de siete años que convive con su lote de vacas y los respectivos becerros que han ido naciendo durante el año. Un toro al que aún no se le puede considerar un gran raceador por el poco tiempo que lleva cubriendo hembras. Aquí en esta casa la elección de los sementales está muy sopesada, meditan que vaca o vacas son las idóneas para un toro específico, ya que de esta decisión depende el devenir de la ganadería como ya contamos antes.